El ministerio de Defensa ucraniano ha confirmado esta mañana en las redes sociales que han encontrado, como mínimo, 132 cadáveres en la ciudad de Makarov, a unos cincuenta kilómetros de Kyiv: "Mientras los servicios de rescate ucranianos siguen avanzando en el territorio liberado de los ocupantes rusos, se descubren nuevos crímenes de guerra monstruosos. La ciudad de Makarov, en la región de Kyiv, está medio en escombros. Ya se han encontrado 132 cuerpos de ciudadanos torturados y asesinados", han escrito en un tuit. Ayer, las autoridades de esta ciudad próxima a la capital ya avanzaron la información, que ahora ha confirmado el gobierno ucraniano. Los civiles habrían sido asesinados presuntamente por las tropas rusas cuando tomaron el municipio. Su alcalde, Vaid Tokar, anunció estos datos, lamentando el gran éxodo que ha sufrido el municipio, pasando de unos 15.000 habitantes a menos de mil, según la agencia ucraniana Ukrinform.
Según detalló Tokar, un 40% de los edificios e infraestructuras civiles del pueblo han quedado destruidos, incluidos hospitales. Por eso, el ministerio ha lamentado que la ciudad está "medio en escombros". Las labores municipales pasan ahora por restablecer el servicio de electricidad. Como ha pasado con otros puntos del territorio ucraniano, como Mariúpol, desde hace semanas muchos ciudadanos tienen que sobrevivir sin acceso a servicios básicos. El ejército ruso cogió la ciudad como antesala a su ofensiva en la capital, pero a finales de marzo Moscú ordenó la retirada de las tropas y su reagrupación en el este del país para centrar sus esfuerzos en el Dombás. Así, la bandera azul y amarilla vuelve a ondear en Makarov.
Otros crímenes de guerra
Este trágico descubrimiento se parece mucho a lo que hace pocos días se encontraron los ucranianos al recuperar Bucha, una ciudad también próxima a la capital y que los rusos habían ocupado en su camino, infructuoso, cabe en Kyiv. El pasado domingo, las autoridades ucranianas confirmaron que habían encontrado a 57 civiles enterrados en una fosa común detrás de una iglesia. La cifra de víctimas ha ido en aumento desde entonces y se han ido descubriendo cadáveres por toda la ciudad. Ayer, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, visitó la ciudad sin poder esconder el horror. Desde entonces, el presidente Zelenski ha pedido que los crímenes de guerra, como el de Bucha, no queden impunes. Desde Rusia, negaron que la masacre hubiera sido obra suya, ya que cuando abandonaron la zona no estaban los cadáveres, pero diferentes investigaciones como aquella del New York Times o del gobierno alemán han confirmado el contrario.
Ayer, se produjo un nuevo crimen de guerra: un ataque con misiles, uno de los cuales llevaba escrito en el alfabeto cirílico el mensaje "para los niños", causó más de cincuenta de muertos y un centenar de heridos en la estación de la ciudad de Kramatorsk. Esta se estaba utilizando para la evacuación de civiles de las zonas bajo bombardeo de las fuerzas rusas. "Es un golpe deliberado a la infraestructura de pasajeros del ferrocarril y a los residentes de Kramatorsk", localidad situada en el norte de la región ucraniana de Donetsk, informó el servicio de ferrocarriles en Facebook.