Las bombas también caen sobre hospitales. El ataque al hospital materno-infantil de Mariúpol no ha sido lo único que ha sufrido la red sanitaria ucraniana. Según ha señalado, este martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) habrían muerto unas 72 personas y 40 habrían resultado heridas. En este sentido, la misma entidad ha confirmado, en palabras del representante de la organización en el país, Jarno Habicht, como mínimo, 74 ataques a la red de salud ucraniana, incluyendo hospitales y ambulancias, destacó en una videoconferencia desde Lviv.

"Los ataques a la sanidad son continuos, ponen en riesgo a los trabajadores sanitarios e impiden que los pacientes tengan un lugar seguro para cuidar", ha indicado Habicht y recopila Efe, que ha insistido en que los ataques a instalaciones de salud son inaceptables y violan las normas humanitarias internacionales. El responsable local de la OMS también ha subrayado que el sistema sanitario de Ucrania está bajo fuerte presión por el hecho de que una gran parte de la población dentro del país está lejos de su casa. Según datos oficiales, hay 6,5 millones de desplazados internos.

Por otra parte, según constata la misma organización, muchos trabajadores sanitarios también se han desplazado a zonas más seguras o han dejado el país, cosa que complica más la atención y aumenta el trabajo de los que se han quedado. Asimismo, el acceso a las medicinas también se ha dificultado por el cierre de muchas farmacias, ha indicado Habicht, que ha señalado que sólo funcionan la mitad, es decir, unas 10.500. "Los hospitales se están adaptando a la situación, con un aumento de los tratamientos por traumatismos y heridas, especialmente en el este del país," ha concretado Habicht, que también ha subrayado que la mayor parte de la ayuda de emergencia enviada por la OMS se dirige a esta zona concreta de Ucrania.

Mentiras contra la Cruz Roja

En este contexto, la acción de la Cruz Roja es vital. A pesar de todo, también se han registrado campañas en contra. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha denunciado que es objeto de una campaña de desinformación y mentiras a través de las redes sociales con el propósito de desacreditar su misión humanitaria en el contexto de la guerra. "Estamos viendo ataques deliberados, relatos falsos y desinformación que desacredita el CICR, hecho que puede causar un daño real a nuestros equipos y a nuestros socios del movimiento internacional de la Cruz Roja que trabajan en el terreno y a la gente a quien nos debemos," dijo en Ginebra el portavoz de la organización humanitaria, Ewan Watson. Y todo es más grave de lo que parece, porque tal como lo constatan desde la misma organización, esta situación pone en riesgo la capacidad de la organización de aportar auxilio a las víctimas de este conflicto.

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Una mujer intenta acceder al hospital número 9 de Odesa, protegido para hacer frente a los bombardeos del ejército ruso / Efe

La información falsa, en tiempo de guerra, también circula deprisa. Entre las informaciones falsas que se han diseminado hay que el CICR ha participado en la evacuación forzosa de civiles o que está abriendo campamentos de refugiados. "No estamos involucrados en ninguna evacuación forzosa ni en el traslado por la fuerza de civiles de Mariúpol en Rusia u otra ciudad de Ucrania. Nunca participemos en una operación que vaya en contra de la gente. Tampoco estamos abriendo ningún tipo de campamento, es completamente falso", han señalado. "Nuestra neutralidad y nuestras acciones humanitarias imparciales tienen que ser respetadas. La neutralidad y la imparcialidad no son conceptos abstractos, sino lo que nos permite ayudar y salvar vidas de civiles sin importar de qué lado estén", comentó Watson en una rueda de prensa.

Al mismo tiempo, Watson ha explicado que la presencia de la organización en las zonas del conflicto solo tiene el objetivo de socorrer y proteger a los civiles, y "bajo ningún motivo puede ser interpretado como la legitimación de reclamos territoriales o de soberanía". Los responsables de la organización también han abordado el potencial impacto de la campaña de desinformación en contra con las autoridades de Rusia y Ucrania.

La propuesta de abrir una oficina del CICR en la ciudad de Rostov, próxima a la frontera con Ucrania, fue utilizada para cuestionar la neutralidad. Sobre este hecho, Watson ha dicho que actualmente la organización no tiene una oficina en esta ciudad, pero que requiere tener presencia "en Ucrania y en los países vecinos para poder asistir a las víctimas del conflicto en el lugar donde estén".

 

Imagen principal: un médico se pasea para|por el hospital de Járkov, lleno de civiles heridos por los bombardeos / Efe