Donald Trump ha vuelto a protagonizar un episodio polémico con los medios de comunicación, fiel al estilo combativo con el que acostumbra a responder a las preguntas incómodas. Durante una breve rueda de prensa en la Casa Blanca este martes, el presidente de Estados Unidos hizo callar, literalmente, a un periodista australiano que le pedía explicaciones sobre su extensa red de negocios. El intercambio tuvo lugar cuando el corresponsal John Lyons le planteó si considera apropiado que un presidente pueda continuar implicado en actividades empresariales tan activas mientras ejerce el cargo. La pregunta hacía referencia directa al imperio inmobiliario y empresarial de Trump, uno de los aspectos más polémicos de su mandato por las sospechas de conflicto de intereses. Sin querer entrar en detalles ni ofrecer una respuesta, el magnate cortó el interrogante de manera abrupta con una palabra, "silencio", antes de pasar a otro tema e ignorar completamente la insistencia del periodista.

Trump intentó justificarse asegurando que él ya no administra directamente sus negocios, y que son sus hijos los que se ocupan, intentando alejarse así de cualquier sospecha de conflicto de intereses. Sin embargo, el exmandatario pasó rápidamente al ataque personal contra el periodista, cuestionándole sobre su país de origen y diciéndole: "Estás dañando a Australia ahora mismo (...) tu país se quiere llevar bien conmigo, tu líder vendrá a verme muy pronto y le diré que haces preguntas en un muy mal tono". Lyons, editor veterano de 65 años en la Australian Broadcasting Corporation (ABC), intentó mantener el hilo de su intervención, pero Trump cerró en seco el espacio haciendo callar al periodista con el dedo índice en los labios y repitiendo, de nuevo, la misma orden: "Silencio".

Posteriormente, en una transmisión en directo para ABC, Lyons reaccionó al incidente asegurando que no entendía qué esperaba Trump que hiciera el primer ministro australiano, Anthony Albanese, ante el supuesto "mal tono" de su pregunta. El veterano periodista remarcó que la respuesta del presidente norteamericano no había sido "adecuada", ya que él simplemente estaba planteando un cuestionamiento legítimo sobre los negocios del mandatario. "Si nuestro trabajo como periodistas es mantener la verdad en el poder, entonces hacer preguntas legítimas con educación... seguramente tendría que ser aceptable", reflexionó. Lyons añadió que, desgraciadamente, "con este presidente no lo es", y puso como ejemplo la demanda que Trump mantiene abierta contra The New York Times como muestra de su rechazo constante en la prensa crítica.

Hostil con la prensa

El mismo martes, Trump dio un paso más en su batalla abierta contra los medios críticos presentando una demanda multimillonaria por difamación contra The New York Times. El magnate acusa a la empresa de haber difundido información falsa sobre su historial empresarial y su trayectoria televisiva, y ha cuantificado la indemnización reclamada en 15.000 millones de dólares (unos 12.800 millones de euros). En opinión del presidente, se trata de un intento deliberado de desacreditarle tanto en el ámbito personal y político, especialmente a raíz de la polémica felicitación que le hizo al pederasta y empresario Jeffrey Epstein, publicada hace una semana por el diario norteamericano. "Hoy tengo el gran honor de presentar una demanda por difamación y calumnia de 15.000 millones de dólares contra The New York Times", anunció Trump en su plataforma Truth Social, acusando al rotativo de "mentir durante décadas" sobre él, su familia, sus negocios y movimientos republicanos como el Make America Great Again (MAGA).