A finales del mes pasado, Moscú detuvo las exportaciones de gas en dos "países hostiles" que se negaron a ser intimidados para pagar el gas en rublos: Bulgaria y Polonia. En este contexto, los Balcanes están ahora buscando proveedores alternativos. Y de momento, quien lidera ahora la lista es Azerbaiyán. Sin embargo, hay dudas. ¿Podría hacer frente al reto? Bulgaria dice que no espera cortes de gas. Antes de que empezara la guerra, el país firmó un acuerdo para importar 1.000 millones de metros cúbicos por año (bcm) de gas de Azerbaiyán. Esta transferencia se hacía a través del Corredor Gas del Sur, una red de gasoductos que cruzan Turquía, y también a través de Grecia y un oleoducto existente, así como una segunda conexión nueva que se acabará de completar a finales de este mismo año.

Pero Serbia también espera como agua de mayo el gas de Azerbaiyán para ayudar a sustituir las importaciones de gas ruso, aunque tendrá que esperar. Estas entregas también irán a través de Bulgaria a través de una conexión financiada por la UE acordada el año 2018; la construcción finalmente empezó al principio de este año y está programado que se acabe en el 2023.

Gas vs. gas natural licuado

La demanda de gas en los dos países, según Eurasianet, es relativamente baja: entre 3-3,5 bcm/año en Bulgaria y en torno a 2,7 bcm/año en Serbia. Pero actualmente, Azerbaiyán solo puede entregar un máximo de 10 bcm/año en los Balcanes a través del SGC, que ya está operando a plena capacidad. La mayor parte del volumen del SGC, que continúa a través de Grecia hasta Albania y cruzando el Adriático, está destinado a Italia y Europa Central, que también buscarán nuevos suministros si Moscú cumple su amenaza de cerrar los grifos.

Según destaca el mismo portal, parte de esta demanda podría satisfacerse con gas natural licuado (GNL), entregado en barco, pero claramente no todos podrán obtener todo el gas que necesitan. Precisamente por eso, se dice que se podría estar estudiando como optimizar el sistema de cañerías de SGC, para añadir 1 bcm/año de capacidad. Y es que para que Azerbaiyán empiece a satisfacer esta demanda, será necesario que diferentes consorcios que poseen los campos del Caspio de Azerbaidjan, así como tres oleoductos que juntos forman el SGC, realicen las inversiones de miles de millones necesarias para impulsar la producción y aumentar la capacidad de los oleoductos. Una tarea nada clara.

Una opción más barata

Pero parece que habría todavía una opción más barata porque no requiere ninguna infraestructura nueva. Azerbaiyán concluyó el mes de diciembre un acuerdo de intercambio de gas con Turkmenistán. Bajo este plano, la Asia Central ha empezado a enviar 2 bcm/año de gas al nordeste de Irán. Y es que Irán, envía una cantidad equivalente desde el noroeste a Azerbaiyán, hecho que permite en Bakú satisfacer la creciente demanda interna. Esta demanda se podría expandir hasta 6 bcm/año. No es un gran volumen, pero Eurasianet constata que serviría para satisfacer la demanda en algunos estados de los Balcanes. Lo más importante es que técnicamente es más simple y potencialmente más rápido.

 

Unsplash: Bakú, capital del Azerbaiyán / Unsplash