Tal como ha explicado en reiteradas ocasiones la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon (Irvin, 50 años), una de sus fuentes de inspiración fue Margaret Thatcher, popularmente conocida la mujer de hierro. Ahora bien, no fue porque simpatizara con sus políticas, sino el hecho de estar en las antípodas de ella. "Thatcher, cuando era joven, representaba todo aquello que estaba mal en la política. Así pues, en este sentido, es una de las personas que me motivó a involucrarme", dijo en el 2015 en un encuentro de jóvenes. En este contexto, se dio cuenta de que la solución no era el laborismo, dominando en la década de los ochenta en esta región, sino conseguir la prosperidad de Escocia a través de su independencia.

Aunque las políticas de Sturgeon no tienen nada que ver con las de Tatcher, sin embargo, como ella, se ha erigido en un mundo, principalmente, de hombres. La escocesa es la primera mujer a dirigir el Partido Nacionalista Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) y en ocupar el cargo de primera ministra, que ocupa desde noviembre del 2014.

Acérrima defensora de la independencia, llegó a Hoolyrood (Parlamento escocés) casi por casualidad, pero desde entonces ha salido invicta en todas las contiendas electorales. El 18 de septiembre del 2014, Escocia votó en un referéndum de autodeterminación, en el cual se impuso la opción de seguir formando parte del Reino Unido por el 55,3%. A raíz de estos resultados, el entonces líder del SNP, Alex Salmond, dimitió y puso como sustituta a su delfín.

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon / Europa Press

Sturgeon, que define el movimiento independentista escocés como progresista, civilizado y centrado, alcanzó un récord histórico para el SNP en las elecciones generales del 7 de mayo del 2015. En aquella ocasión, la formación consiguió 56 de 59 escaños que tiene designados Escocia en Westminster, unos resultados que le llevaron a ser la tercera fuerza política por detrás de los conservadores y los laboristas.

Un sabor más amargo tuvo los comicios escoceses del 2016, en los cuales se impuso el SNP, pero perdió la mayoría absoluta que había alcanzado con Salmond. Este había obtenido 69 escaños en el 2011, mientras que Sturgeon se quedó con 63. Con todo, sin embargo, dobló los votos del principal partido de la oposición, los conservadores, que consiguieron 31 diputados.

El Brexit, el camino hacia el segundo referéndum

Ahora, no obstante, si se confirman los resultados electorales, todo apunta que el SPN no solo volvería a arrasar en las elecciones que se celebran este jueves en Escocia, sino que también recuperaría la mayoría absoluta. Las últimas encuestas pronostican que sumaria entre 70 y 66 escaños, es decir, por encima de los 64 que requiere para gobernar en solitario.

El motivo principal de esta posible victoria contundente se debería al Brexit, que Escocia rechazó con una amplia mayoría. En este sentido, la marcha de la UE se consolidó con el 52% de los votos del electorado del Reino Unido. En cambio, el 62% de los escoceses optaron por seguir formando parte de la unión y, actualmente, un 65% sigue simpatizando con esta opción.

Precisamente el Brexit ha disparado el apoyo de la independencia de Escocia, que según una encuesta publicada recientemente por The Sunday Times, contaría con el respaldo del 52% del electorado. Esto ha llevado al SNP y a Sturgeon a izar la bandera de la independencia para abrir el camino hacia un segundo referéndum.

Por eso, el pasado mes de enero presentaron su hoja de ruta para celebrar una votación para la autodeterminación. Este plan contempla la creación de una legislación específica para poder convocar las urnas. Ahora bien, a esta normativa le tiene que dar luz verde Westminster, una cosa que ahora mismo parece prácticamente imposible, ya que el primer ministro británico, Boris Johnson, alega que hay que pasar una generación entre el referéndum del 2014 y un posible segundo.

Con todo, Sturgeon defiende que sí que es el momento, ya que el Brexit ha cambiado el contexto político, social y económico en el cual se hizo la última consulta. También, asegura que Johnson no se puede negar a aprobar lo que acepte el Parlamento escocés y, que en caso contrario, llevará al gobierno británico ante la justicia.

Sturgeon haciendo campaña en contra del Brexit / EFE

Ante esta situación, la gran promesa electoral de Sturgeon es convocar este segundo referéndum para la independencia de Escocia y que esta vuelva a la UE. De momento, si se confirman las encuestas, tendrá manga ancha para encaminar hacia esta votación de autodeterminación, que se celebraría a finales del 2023, una fecha que se ha retrasado por la pandemia de la Covid.

La sombra de Salmond

No obstante, sobre Sturgeon se ha instalado una losa, muy pesada, que podría ver sus sueños truncados. Se trata de su antiguo mentor y exlíder del SNP, Alex Salmond, que en el 2018 fue acusado de trece delitos de agresión sexual, uno de ellos una violación. Por estos hechos, la actual primera ministra compareció en el Holyrood ante una comisión ética, en la cual analizó la posible implicación del gobierno en el caso y si tenía conocimiento sobre este. En aquella ocasión, Sturgeon relató que había tenido solo una reunión privada y una conversación con el exministro al respecto.

Finalmente, el 2020 Salmond fue absuelto en los tribunales, lo que abrió una investigación contra Sturgeon para ver si había incumplido el código ministerial y había mentido para perjudicar a su antigui mentor, en una especie de complot contra él.

El prestigioso abogado irlandés James Hamilton fue el encargado de llevarla a cabo y el pasado 22 de marzo dictaminó que no existía ningún indicio de que la líder del SNP hubiera mentido en sede parlamentaria o hubiera violado el código ministerial.

Salmond con un cartel del partido que lidera, Alba, que se presenta en las elecciones escocesas / Europa Press

El día siguiente de la resolución de Hamilton, Sturgeon se enfrentó una moción de censura de los conservadores, que la presentaron por el asunto de Salmond. Esta, sin embargo, no prosperó. Todo ello, todavía ha fortalecido más en la imagen de la primera ministra, que también cuenta con el apoyo de una Escocia que quiere devolver a la UE.

Por su parte, Salmond considera que el juicio en contra de él es fruto de una conspiración del SNP para desacreditarlo y ha fundado su propio partido, Alba que quiere decir Escocia en gaélico. En las elecciones de hoy, todo apunta, que perderá el pulso contra la suya antigua delfín, ya que las encuestas le auguran no obtendrá representación parlamentaria.

Thatcher estuvo once años al poder. De momento, Sturgeon lleva siete. Así que, con la más que previsible victoria, superaría los años de mandato de aquella política que la impulsó a soñar y combatir con una próspera Escocia independiente.