El Kremlin ha rechazado de manera rotunda las modificaciones que los países europeos han introducido en el plan de paz estadounidense y ha insistido en que solo considera una base realista el primer borrador elaborado por Estados Unidos, un documento que Ucrania y la Unión Europea calificaron de demasiado favorable a los intereses rusos. Según Moscú, el contenido del plan europeo no responde a sus expectativas y no se ajusta a lo que considera condiciones mínimas para negociar. “El Kremlin conoce el plan de paz europeo. Sus disposiciones son poco constructivas e inadecuadas para Rusia”, ha afirmado Yuri Utxakov, asesor de Vladímir Putin en política exterior, que ha remarcado también que Putin había dicho al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que la propuesta original de Donald Trump “podría servir, en principio, de base para el acuerdo de paz definitivo”. Durante el fin de semana, las discusiones entre Washington y Kiev en Ginebra redujeron de 28 a 19 los puntos del plan inicial, incorporando algunas reclamaciones ucranianas, pero estos recortes tampoco han convencido a Moscú.
El plan original, punto de partida para el Kremlin
El borrador de 28 puntos incluía cuestiones tan sensibles como la cesión completa de Donetsk y Lugansk a Rusia, la congelación de la situación en Jersón y Zaporiyia y el veto absoluto a la entrada de Ucrania en la OTAN, mientras que la nueva versión mantiene abierta la posibilidad de un acuerdo futuro dentro de la Alianza. A pesar de estos cambios, Utchakov aseguró que Moscú solo cree en aquello que ha recibido “por los canales correspondientes” y remarcó que el texto que tienen sobre la mesa “será objeto de revisión y modificación por nuestra parte, y muy probablemente también por parte ucraniana, estadounidense y europea”. El asesor ruso también cargó contra la propuesta alternativa impulsada por la Unión Europea, que prevé garantías de seguridad similares al Artículo 5 de la OTAN. En cambio, subrayó que muchas de las cláusulas del documento estadounidense original “nos parecen totalmente aceptables”, aunque otras “requieren una discusión y un análisis detallado”.
Confusión sobre el origen del plan y frialdad diplomática
La reactivación de las conversaciones ha llegado después de meses de parálisis posterior a la cumbre entre Putin y Trump en Alaska, pero el proceso ha generado más dudas que avances claros. Algunos senadores republicanos aseguraron que el plan inicial era “una lista de deseos” rusa, unas declaraciones que posteriormente fueron desmentidas por el secretario de Estado de los EE. UU., Marco Rubio. Mientras tanto, Putin ha pedido tiempo y ha remarcado que el documento necesita “un análisis exhaustivo”, exponiendo que se siente “cómodo” con la evolución actual de la ofensiva rusa. Washington y Kiev, por su parte, explicaron en un comunicado conjunto que las conversaciones de Ginebra han permitido elaborar “un marco de paz actualizado y perfeccionado”, afirmando que “cualquier acuerdo futuro debe respetar plenamente la soberanía de Ucrania y lograr una paz justa y sostenible”.