El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha comparecido este miércoles ante el Parlamento sueco mediante una intervención por videoconferencia en la que ha situado el conflicto en “un momento crítico” y ha urgido a los aliados a no ceder ante las exigencias territoriales de Rusia. Zelenski ha explicado que Ucrania trabaja “estrechamente con Estados Unidos y otros socios europeos” para concretar los pasos que deben permitir avanzar hacia el final de la guerra. Sin embargo, ha remarcado que el principal escollo sigue siendo la pretensión de Moscú de obtener legitimidad internacional sobre los territorios ocupados. “Putin quiere el reconocimiento legal de lo que ha robado, quiere romper el principio de la integridad territorial y de la soberanía. Este es el problema principal. Todos entendéis qué significa esto”, ha alertado.
Según Zelenski, la demanda rusa no afecta solo a Ucrania: "Putin quiere esto no solo de nosotros; lo quiere del mundo entero, y es extremadamente peligroso", ha insistido ante los diputados suecos. A pesar de las dificultades, el líder ucraniano ha asegurado que, en las conversaciones mantenidas hasta ahora con los aliados, se han podido mantener sobre la mesa "puntos muy sensibles", como la liberación de todos los prisioneros de guerra ucranianos y el retorno de los niños ucranianos deportados a Rusia. Zelenski ha remarcado, sin embargo, que todavía queda "mucho trabajo por hacer" y ha reclamado decisiones firmes sobre el uso de los activos rusos congelados por los países occidentales. Ha defendido que estos recursos deben servir para reparar los daños provocados por la invasión. "El agresor debe pagar íntegramente por la guerra que ha comenzado", ha concluido, en un mensaje dirigido tanto a los diputados suecos como a sus aliados internacionales
Plan de paz 'actualizado'
Los Estados Unidos y Ucrania han anunciado este domingo la creación de un “marco de paz actualizado y refinado” para poner fin a la guerra con Rusia, en un movimiento político que llega solo horas después de que diversos países europeos propusieran una alternativa radicalmente diferente del documento filtrado la semana anterior. Aquel texto original, de 28 puntos y promovido inicialmente por Washington, exigía concesiones territoriales de Ucrania a Rusia, limitaciones estrictas a su ejército y la renuncia a perseguir al Kremlin por crímenes de guerra. La filtración desencadenó una tormenta diplomática que ha obligado a la Casa Blanca a matizar su posición y a acelerar las negociaciones.
En Suiza, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, salió de una reunión con la delegación ucraniana liderada por Andrí Iermak mostrando “mucho optimismo”. El comunicado conjunto asegura que cualquier acuerdo final “defenderá plenamente” la soberanía ucraniana, una formulación que contrasta con las cláusulas del documento filtrado. Paralelamente, Donald Trump acusó a Kiev de mostrar “cero gratitud” por los esfuerzos estadounidenses, mientras Volodímir Zelenski respondió con un tono conciliador, recordando la importancia de la asistencia militar desde los primeros envíos de misiles Javelin.
El Kremlin no ha recibido ninguna nueva versión
El Kremlin ha asegurado este lunes que todavía no ha recibido ninguna versión actualizada del plan de paz sobre Ucrania tras las conversaciones que el fin de semana mantuvieron en Ginebra representantes de Estados Unidos y del gobierno ucraniano. Según Moscú, a pesar de haber seguido de cerca las negociaciones, ningún documento formal ha llegado a manos de la administración de Vladímir Putin. El portavoz presidencial, Dmitri Peskov, ha explicado ante los periodistas que el Kremlin es consciente de que se están haciendo “algunos ajustes” al plan de paz que Ucrania y sus aliados habían hecho llegar anteriormente a Rusia. Sin embargo, ha remarcado que estos cambios solo los conocen de manera indirecta, a través de declaraciones públicas o filtraciones, y no a través de un canal diplomático formal.
“Hasta ahora, no hemos recibido nada oficial”, ha insistido Peskov, subrayando que el gobierno ruso necesita documentos concretos para valorar cualquier propuesta y no simples comentarios sobre posibles modificaciones. Además, Peskov ha dejado claro que, de momento, no hay previstas reuniones con ninguna delegación norteamericana para discutir la situación en Ucrania esta semana. Esta ausencia de contactos formales indica que Moscú no espera avances inmediatos en el proceso negociador, a pesar de las conversaciones bilaterales que Washington mantiene con Kyiv y otros aliados europeos. La posición expresada por el Kremlin refuerza la sensación de que las negociaciones continúan en un punto delicado y que cualquier paso adelante dependerá del intercambio de propuestas oficiales, aún pendientes.