Desde el 17 de julio, los noruegos, concretamente los habitantes de la capital, Oslo, tenían una nueva vecina en su costa: una joven morsa de 600 kilos. Su presencia era extraordinaria, ya que estos animales acostumbran a habitar latitudes mucho más al norte. Justamente por eso, su presencia congregó muchos curiosos y captó la atención de los medios de comunicación. Llegó a ser bautizada: Freya, en referencia a la diosa nórdica de la belleza y el amor. Pero el enjambre de personas que se querían acercar al animal y los reiterados llamamientos a no hacerlo por su posible peligrosidad que han sido ignorados han llevado a las autoridades de Noruega a tomar la decisión de sacrificarla.

"La decisión de aplicar la eutanasia se tomó sobre la base de una evaluación global de la amenaza persistente para la seguridad humana", ha declarado el jefe de la Dirección de Pesca de Noruega, Frank Bakke-Jensen, según recoge The Guardian. Hacía días que las autoridades noruegas estudiaban varias opciones sobre qué hacer con la morsa, la cual a pesar de no haber atacado directamente a ningún humano, no dejaba de ser un posible peligro desde su perspectiva."Examinamos esmeradamente todas las soluciones posibles. Concluimos que no podíamos garantizar el bienestar del animal por ninguno de los medios disponibles", ha remarcado Bakke-Jensen.

Las morsas no son directamente violentas, aunque si atacan pueden ser muy peligrosas. Se trata de una especie de gran calibre pero con rutinas muy tranquilas, ya que pueden dormir hasta 20 horas al día. Freya no era una excepción. En la mayoría de las imágenes que se tienen de ella está durmiendo sobre las embarcaciones en el puerto de la capital. Esporádicamente, se la vio persiguiendo a un pato o atacando a un cisne. El principal problema era la familiaridad con que las personas se acercaban al animal salvaje.

A pesar de las advertencias y recomendaciones de las autoridades, los curiosos se acercaban mucho al animal para conseguir filmarlo o hacerse selfies, incluso con criaturas en brazos. La situación ha llegado a un punto que el gobierno noruego ha decidido cortar el problema de raíz y poner fin a la vida del animal. Una decisión ampliamente criticada dentro y fuera del país, ya que se trataba de un animal joven y sano. No solo eso, sino que la morsa es una especie protegida. A través de las redes sociales, varios usuarios y colectivos han denunciado los hechos.