Los últimos datos de empleo en Estados Unidos muestran un panorama preocupante para la economía norteamericana. Las políticas de Donald Trump han provocado que la tasa de paro del mes de agosto haya subido hasta el 4,3%, el nivel más alto desde 2021, después de una creación neta de solo 22.000 puestos de trabajo, muy por debajo de los 73.000 de julio. El informe, publicado este viernes por el Buró de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés), llega en medio de la polémica abierta por el magnate republicano, que despidió recientemente al responsable de la institución, acusándolo de manipular los datos del mes anterior. Durante una cena con ejecutivos del sector tecnológico, Trump ya había rebajado las expectativas sobre las cifras que se publicarían al día siguiente, afirmando que las "reales" serán las que se vean dentro de un año, y no las más recientes. El escenario actual refuerza las críticas a las medidas económicas de la Casa Blanca, que, según muchos analistas, han provocado el estancamiento del mercado laboral.
Los centros estadísticos habían previsto que en agosto, tradicionalmente un mes débil en términos de empleo, se cerrara con la creación de unos 75.000 nuevos puestos de trabajo. La realidad, sin embargo, ha sido muy diferente y los datos peores de lo que se esperaba refuerzan la percepción que la Reserva Federal podría optar por bajar los tipos de interés a su reunión de este mes. El mercado laboral muestra síntomas claros de debilitamiento. Las fábricas destruyeron 12.000 puestos de trabajo, encadenando cuatro meses seguidos de recortes en el sector manufacturero, mientras que la construcción perdió 7.000 puestos más. A estos datos se añade el deterioro de la ocupación en el gobierno federal, donde los recortes impulsados por la administración Trump han tenido un impacto notable: solo en agosto se perdieron 15.000 puestos y, desde enero, el balance negativo llega ya a los 97.000.
Por colectivos, los datos reflejan diferencias significativas. La tasa de paro entre las mujeres se situó en el 3,8%, mientras que entre la población hispana se mantuvo prácticamente estable en el 5,3%. En el caso de los afroamericanos, el desempleo escaló hasta el 7,5%, con un impacto especialmente duro entre las mujeres de este grupo, un elemento que confirma la persistencia de desigualdades estructurales dentro del mercado laboral norteamericano. Los adolescentes, por su parte, sufren las cifras más altas, con un 13,9% de paro. Además de los datos de agosto, el informe del BLS ha incorporado revisiones a los meses anteriores: la creación de empleo de julio ha sido ajustada al alza, de 73.000 a 79.000 nuevos puestos de trabajo, mientras que la de junio se ha corregido con un balance finalmente negativo de 13.000 puestos de trabajo destruidos.