El movimiento islamista Hamás ha hecho público este lunes en su perfil Telegram un vídeo del joven israelí Alon Ohel, de 24 años, capturado hace casi dos años, donde afirma que su final es inevitable. La grabación, de poco menos de dos minutos y sin ninguna indicación sobre cuando fue filmada, muestra a Ohel dirigiéndose tanto a la población israelí como a la comunidad internacional. Con un discurso que, según fuentes, podría estar previamente elaborado, asegura: “Sabéis que nuestro destino es ineludible y que estos sueño nuestros últimos días”.

En el mismo mensaje, anima la ciudadanía de Israel a mantener las movilizaciones para reclamar un alto el fuego y un pacto que permita la liberación de los rehenes, y reconoce que las protestas le dan “esperanza”. El joven también apela directamente a Washington: “Pido al Gobierno de Estados Unidos que deje de dar apoyo a las decisiones del loco Netanyahu en su guerra contra el pueblo de Israel”. Y, en concreto, se dirige al enviado norteamericano en el Oriente Medio, Steve Witkoff, a quien suplica que no colabore con Netanyahu ni permita que "nos mate".

El vídeo llega dos días después de que Hamás difundiera una imagen con las caras de 46 de los 48 rehenes que todavía retiene en Gaza, excluyendo a dos tailandeses. En la parte superior de esta fotografía aparece un texto que dice: “A causa de la negativa de Netanyahu y Zamir, una imagen de despido mientras la operación militar en Ciudad de Gaza empieza”. El mensaje hace referencia al rechazo reiterado del primer ministro Benjamin Netanyahu a establecer cualquier acuerdo con Hamás para poner fin en lo que el grupo islamista describe como una guerra genocida al enclave palestino, así como a los ataques aéreos y terrestres cada vez más intensos. Además, a principios de septiembre, el grupo islamista palestino publicó un nuevo vídeo mostrando a dos rehenes israelíes 700 días después de su captura; en este caso se trataba de Guy Gilboa-Dalal y Evyatar Daviv.

Fuentes de inteligencia de Israel calculan que solo una veintena de las personas secuestradas seguirían con vida. Desde Washington, sin embargo, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, apuntó el sábado que la cifra de muertos podría ser más elevada, situándola entre 32 y 38.