Estados Unidos intensifica su operación de búsqueda y captura de Nicolás Maduro. La Casa Blanca ha anunciado este jueves que aumentará de 25 a 50 millones de dólares la recompensa por cualquier información que conduzca a la detención del presidente de Venezuela, acusado de colaborar con organizaciones criminales para introducir droga en EE.UU. La fiscal general estadounidense, Pam Bondi, ha hecho público el anuncio en un vídeo publicado en la red X en que acusa Maduro de colaborar activamente con el Tren de Aragua venezolano y el Cártel de Sinaloa mexicano, dos organizaciones dedicadas al narcotráfico. "Es uno de los mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza contra nuestra seguridad nacional", ha aseverado Bondi en referencia al jefe del ejecutivo venezolano. Según ha informado la fiscal general, la recompensa la ofrecen conjuntamente el Departamento de Justicia y el Departamento de Estado. "Hasta ahora el departamento norteamericano antidroga ha confiscado treinta toneladas de cocaína vinculadas a Maduro y sus asociados, de las cuales siete toneladas se relacionan con el mismo Maduro", ha asegurado. "Esto representa una fuente primaria de ingresos para los cárteles mortíferos instalados en Venezuela y México", ha añadido.

Las declaraciones de Bondi se relacionan con las informaciones que ofrece el Departamento de Estado norteamericano, que acusa Maduro de llevar más de una década "actuando como uno de los líderes del Cartel de los Soles, responsable del tráfico de drogas en Estados Unidos". El Cartel de los Soles es un grupo criminal con sede en Venezuela que, desde hace tiempo, se encuentra en la lista elaborada por el Departamento del Tesoro de "grupos terroristas globales especialmente designados". La funcionaria de la Casa Blanca también ha informado de que el Departamento de Justicia ha confiscado más de 700 millones en bienes relacionados con el presidente venezolano, "incluidos dos aviones y nueve automóviles". "Su reino del terror continúa", ha dicho Bondi, que, no obstante, se muestra convencida que Maduro no escapará de la justicia. "Se le obligará a rendir cuentas por|para sus despreciables delitos", ha sentenciado.

Una recompensa que no deja de crecer

La cruzada contra Nicolás Maduro no es un fenómeno nuevo en EE.UU. La primera administración de Donald Trump ofreció 15 millones de dólares por cualquier información que permitiera capturar al presidente venezolano, a quien ya acusaba de estar vinculado al tráfico de drogas. Los demócratas siguieron los mismos pasos y, al principio de este año, cuando el líder chavista fue investido para un tercer mandato, el gobierno de Joe Biden elevó la recompensa a 25 millones de dólares. La administración Biden ya había denunciado previamente la existencia de fraude en las elecciones presidenciales de julio de 2024, cuando Maduro obtuvo la victoria en las urnas pero se negó a proporcionar las actas electorales que habrían validado su resultado. Washington considera que el ganador legítimo de aquellos comicios fue el líder de la oposición Edmundo González, que sí que presentó las actas que demostraban su triunfo. El entonces portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, esgrimió que la decisión de aumentar la recompensa era "un mensaje concertado de solidaridad con el pueblo venezolano" que buscaba "elevar todavía más los esfuerzos internacionales por mantener la presión sobre Maduro y sus representantes".

Caracas habla de "cortina de humo ridícula"

El anuncio ha sido recibido con poca preocupación en Venezuela. El canciller Yvan Gil ha calificado la medida de la Casa Blanca de "patética" y "la cortina de humo más ridícula que hemos visto", además de acusar a Bondi de orquestar un circo mediático para complacer la "ultraderecha derrotada" de Venezuela. "Mientras tanto, nosotros desmontamos las tramas terroristas que se organizan desde su país", ha lanzado. El también ministro de Exteriores del país ha aprovechado para cargar personalmente contra la fiscal general, a quien considera "la misma que prometió una inexistente lista secreta de Jeffrey Epstein y que ahora se revuelca en escándalos de favores políticos". Para acabar, Gil ha sacado pecho afirmando que "la dignidad de nuestra patria no está en venta" y que el gobierno de Caracas "repudia esta burda operación de propaganda política".

El mes pasado, la Casa Blanca llegó a un acuerdo para garantizar la liberación de 10 ciudadanos estadounidenses encarcelados en Caracas, a cambio que Venezuela recuperara decenas de migrantes deportados por Washington a El Salvador en el marco de la política de deportaciones masivas de Donald Trump. El intercambio generó controversia dado que uno de los liberados fue Dahud Hanid Ortiz, un antiguo soldado norteamericano condenado por matar a tres personas a Madrid en el 2016. Ortiz, que fue juzgado y encarcelado en Venezuela el año pasado, retornó a EE.UU. junto con los otros nueve estadounidenses liberados, que, según Washington, eran "presos políticos" que habían sido encarcelados "en circunstancias muy cuestionables y sin un debido proceso".

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