En medio de una escalada militar sin precedentes en el mar Caribe, el portaaviones Gerald R. Ford, el buque de guerra más grande jamás construido, ya se encuentra rumbo a la región como símbolo de la nueva ofensiva de Estados Unidos contra el narcotráfico. El despliegue, impulsado directamente por la administración de Donald Trump, llega en plena campaña de ataques a narcolanchas en alta mar, y después de advertencias del mismo presidente de que estos operativos podrían extenderse también a objetivos en territorio terrestre. El envío del Gerald R. Ford, considerado la joya de la Armada estadounidense, y de la escuadra de ataque que lo acompaña, representa una de las demostraciones de fuerza más imponentes que puede proyectar la primera potencia militar a escala mundial. Trump pretende intensificar la presión tanto sobre los cárteles de la droga como sobre el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, a quien acusa abiertamente de colaborar con organizaciones criminales transnacionales.

El Gerald R. Ford es mucho más que un simple portaaviones. Es el primer ejemplar de una nueva generación de gigantes navales diseñados para proyectar el poder de los Estados Unidos en cualquier rincón del planeta. Lleva el nombre del 38º presidente estadounidense, Gerald R. Ford, que ocupó la Casa Blanca brevemente tras la dimisión de Richard Nixon y no logró la reelección. El buque es el emblema de la nueva clase de portaaviones de la Armada estadounidense, que incluye también el John F. Kennedy y el Enterprise, todos ellos con tecnología avanzada y capacidades operativas nunca vistas hasta ahora. La construcción del Gerald R. Ford comenzó en noviembre de 2009 en los astilleros Northrop Grumman Shipbuilding, en una ceremonia presidida por Susan Ford Bales, hija del presidente homenajeado. Con una capacidad ofensiva y logística descomunal, el portaaviones es hoy el símbolo visible del giro belicista que ha emprendido la administración Trump en su guerra contra el narcotráfico.

 

Aunque estaba previsto que el Gerald R. Ford entrara en operaciones en 2017 y estuviera plenamente preparado para el combate en 2020, varios retrasos técnicos y de desarrollo hicieron que no fuera hasta 2022. Su diseño es completamente renovado e incorpora las últimas tecnologías, incluido el soporte para los nuevos aviones navales F-35 Lightning II de Lockheed Martin. Con una longitud equivalente a tres campos de fútbol y un desplazamiento de 100.000 toneladas, la nave se mueve gracias a dos reactores nucleares capaces de impulsarla a 30 nudos —unos 55 kilómetros por hora—, lo cual le permite recorrer hasta 1.200 kilómetros en solo 24 horas de navegación. En el interior, se encuentra una verdadera ciudad flotante, con una comunidad de más de 4.500 marineros viviendo y operando a bordo. Esta capacidad logística lo convierte en una plataforma ofensiva que puede operar de forma autónoma durante largas temporadas en alta mar.

Estrenado en 2022

El Gerald R. Ford inició su despliegue inaugural el 4 de octubre de 2022, cuando zarpó de la Estación Naval de Norfolk, en Virginia, con la misión de efectuar operaciones conjuntas y ejercicios de entrenamiento junto a aliados y socios de la OTAN a través del Atlántico. Esta primera misión marcó el debut operativo del portaaviones más avanzado jamás construido, y sirvió para poner a prueba tanto sus capacidades técnicas como su integración en maniobras internacionales. El 28 de octubre del mismo año hizo su primera escala en un puerto extranjero, en Canadá, concretamente en Halifax (Nueva Escocia), la principal base naval del país y una instalación estratégica para la Alianza Atlántica. Pocos días después, el 14 de noviembre, el Gerald R. Ford llegó por primera vez a Europa, fondeando durante cuatro días en Stokes Bay, al sur de Inglaterra.

El Gerald R. Ford ha sido protagonista de algunas de las operaciones militares más sensibles de los últimos tiempos. El 8 de octubre de 2023, solo un día después del ataque masivo de Hamás contra Israel, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin, ordenó el despliegue inmediato del grupo de ataque del portaaviones hacia el Mediterráneo oriental como respuesta a la escalada del conflicto. Después de meses operando en aquella zona, el 1 de enero de 2024 el portaaviones volvió a Norfolk. Ahora, el Gerald R. Ford vuelve a ser noticia con su despliegue en el mar Caribe, anunciado este viernes por el Pentágono, en el marco de la ofensiva de la administración Trump contra el narcotráfico.