El fotoperiodista ucraniano Maks Levin y el soldado que lo acompañaba, Oleksi Chernishov, fueron ejecutados "a sangre fría" cerca de Kyiv el 13 de marzo, cuando las tropas invasoras todavía intentaban tomar la capital. Esta es la conclusión a la cual ha llegado Periodistas Sin Fronteras (RSF) en un informe publicado este miércoles. Según la investigación hecha de los cuerpos encontrados en mayo y las circunstancias que los rodean, RSF asegura que hay un número "abrumador" de pruebas que señalan la autoría de las fuerzas rusas, entre ellas documentos, objetos personales, el coche del soldado ucraniano agujereado por una docena de tiros, e incluso la bala que se habría utilizado para asesinar al fotoperiodista. La reconstrucción de los hechos apunta que Levin perdió su dron en un bosque cerca de Moshchun, a unos 20 kilómetros de la capital ucraniana, mientras cubría la invasión rusa y, cuando volvió tres días después a recuperarlo para poder salvar las imágenes de la guerra, el ejército ruso ya había tomado el control de la zona. Está aquí donde se abren dos posibles hipótesis de los hechos.

Ejecutados

Maks Levin cubrió el conflicto entre Rusia y Ucrania en el Donbás en el 2014. Con el estallido de la guerra a finales de febrero de 2022, el fotoperiodista contactó con un grupo de militares que conoció en aquella época, para que lo ayudaran a adentrarse a primera línea del conflicto. Un conflicto en el cual ya han muerto ocho periodistas mientras hacían su trabajo. Tal como apunta el informe de RSF, de momento, las autoridades trabajan con dos hipótesis: que Levin y Chernishov fueran asesinados en territorio ocupado por los rusos mientras iban a buscar el dron en el bosque (y por eso el fotoperiodista no llevaba el chaleco antibalas que indica que es de la prensa); o bien que fueran interceptados por soldados rusos, obligados a bajar del coche, interrogados, y posiblemente torturados para después ser ejecutados. El cadáver del soldado y el coche fueron encontrados calcinados. Levin presentaba un tiro en el pecho y dos en la cabeza disparados a corta distancia.

La investigación

El secretario general de RSF, Christophe Deloire, ha subrayado al publicarse el informe que "en un contexto de guerra fuertemente marcado por la propaganda y la censura del Kremlin, Maks Levin y su amigo pagaron con sus vidas su lucha para|por una información contrastada". Deloire ha añadido que "les debemos la verdad. Y lucharemos para identificar y encontrar a los que los ejecutaron". Las perquisiciones fueron realizadas entre el 24 de mayo y el 3 de junio por el jefe del área de investigación de RSF, Arnaud Froger, y el fotoperiodista de guerra francés Patrick Chauvel, que además había trabajado al lado de Levin en el Donbás a finales de febrero. Al empezar la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, Levin, que tenía 40 años, se puso en contacto con un grupo de soldados ucranianos. El 10 de marzo perdió el dron que utilizaba para tomar imágenes en el bosque próximo a Moshchun y cuando volvió tres días después esta zona ya estaba en parte ocupada por las tropas rusas. A pesar del riesgo, el fotoperiodista y su amigo fueron a la búsqueda del dron, convencido como estaba de que las últimas imágenes que había hecho eran muy importantes, pero aquí se las perdió la pista. Froger y Chauvel devolvieron semanas después de que los militares rusos se hubieran retirado del norte del país y reconstruyeron la escena del crimen con varios elementos que localizaron, lo cual incluye posibles trazas de ADN de los soldados. Nueve de estos elementos de prueba, así como las fotografías que tomó Chauvel, fueron entregados a los investigadores ucranianos que se encargan de aclarar las circunstancias de lo que pasó. Levin es uno de los ocho periodistas que han muerto desde el comienzo de la guerra en Ucrania en febrero. El último fue el cámara francés Frédéric Leclerc-Imhoff, del canal BFMTV, víctima de la metralla de un disparo ruso de artillería el 30 de mayo.