El gobierno del presidente Donald Trump ha empezado a pintar de color negro el muro fronterizo con México con el objetivo de aumentar la temperatura de las barras metálicas y hacer más complicada la escalada. Esta medida forma parte de la estrategia de la Casa Blanca para frenar la inmigración irregular. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha dado a conocer la iniciativa este miércoles, coincidiendo con los siete meses de la llegada de Trump a la presidencia con la promesa de llevar a cero la entrada ilegal de inmigrantes.

"Este muro marca la diferencia: demasiado alto para escalarlo, demasiado estrecho para atravesarlo. Y ahora, por orden del presidente, será pintado de negro, tan caliente al tacto que los inmigrantes irregulares ni siquiera lo intentarán", ha afirmado en un mensaje difundido en X.

El martes, Noem visitó un tramo de la valla fronteriza en el sur, en Santa Teresa (Nuevo México), donde explicó a los agentes la nueva directriz de la Casa Blanca: ennegrecer la estructura metálica —hasta ahora de color marrón— para dificultar la escalada y, al mismo tiempo, alargar la duración del material. Según remarcó, la iniciativa respondía a una petición directa del presidente Trump.

La secretaria de Seguridad Nacional saludando trabajadores que pintan el muro / @Sec_Noem

El muro, según la administración Trump: "Un monumento al compromiso"

La responsable de Seguridad Nacional destacó que esta renovación facilitará el trabajo de los agentes de la Policía de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). "Es al mismo tiempo escudo y símbolo: un monumento al compromiso firme del presidente Trump con este país y con la seguridad de los norteamericanos", dijo. Los fondos para la repintada y las nuevas obras del muro —que avanzan a un ritmo de unos 800 metros diarios, según Noem— fueron asignados en la ley de presupuestos aprobada el julio pasado. Además, la Casa Blanca está destinando recursos adicionales en tecnología, cámaras, sensores y mejoras de infraestructura en la frontera suroeste.