Cuando Donald Trump anunció en junio del 2015 que se presentaba a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, desde el edificio de su lujosa Torre Trump de Nueva York, nadie hubiera apostado que ganaría a las primarias republicanas, y mucho menos que podría tener posibilidades de ganar. En aquella presentación, donde Trump entró como si fuera un rey, el republicano ya apuntó cuál sería su línea con un eslogan contundente: "Hacer América grande otra vez". 

Trump nació un mes de junio del año 1946 en el distrito de Queens, en el estado de Nueva York. Si alguna cosa queda de aquel niño, aparte de su carácter rebelde, es la exigente influencia de su padre y la máxima que le enseñó: "En la vida hay dos tipos de personas: los ganadores y los perdedores". Él lo tenía claro, quería ser del primer grupo.

El republicano decidió expandir el negocio familiar y llevar la construcción inmobiliaria al centro de las cosas, allí donde se decidía todo: Manhattan. Su carrera en el mundo de los negocios empezó siendo un éxito, pero como pasa a menudo, los impagos y las bancarrotas llamaron a la puerta. Después de un periodo de fuerte crisis, sin embargo, volvió a remontar, jugando la carta de su nombre. Actualmente cuenta con grandilocuentes hoteles desde Irlanda, Río de Janeiro y Panamá, hasta Las Vegas y Nueva York. Además, de casinos, campos de golf...

El magnate lo ha hecho casi todo en esta vida. Ha dirigido varias empresas, ha sido presentador de televisión, ha hecho anuncios –incluso hamburguesas–, ha escrito libros... Lo que no tiene, sin embargo, es experiencia política. Por eso parece irónico que el reality show que él presentó en la NBC durante más de 10 años se llamara The Apprentice (El Aprendiz), porque eso es lo que es él en el mundo de la política. Ahora, sinembargo, a todo este currículum le podremos sumar el título de presidente de los Estados Unidos.

No había participado nunca como candidato en ninguna de las contiendas electorales del país –ni a gobernador, ni al Senado, ni al Congreso–, pero había estado presente. Un informe del Center of Responsive Politic el año 2011 demostró que el candidato había financiado las campañas tanto de demócratas como de republicanos. Incluso, y haciendo evidente como de irónica puede ser la vida, el ahora candidato republicano había apoyado a las campañas de Bill Clinton y había contribuido a la Fundación Clinton. La mujer del cual ahora es su contrincante.

El candidato se ha casado tres veces, las tres con jóvenes y bonitas modelos, y ha protagonizado numerosas portadas de las revistas del corazón con sus historias, dentro y fuera del matrimonio. Se casó por primera vez el año 1977 con Ivana Zelnícková, de la República Checa, y tuvo tres hijos. Más tarde, el año 1992, se divorció de ella y un año después se volvió a emparejar con Marla Maples, norteamericana, con quien también tuvo una hija más. Finalmente, el año 2005 se casó con la modelo Melania Knauss –pareja actual del magnate–, nacida en Eslovenia, y con quien tuvo su quinto hijo. Ahora ya tiene también siete nietos.

Trump, rodeado siempre de fuerte polémica, es conocido por declaraciones excéntricas. El año 2011 puso en duda en uno tertulia televisada que el presidente Obama hubiera nacido en los Estados Unidos. Unas declaraciones que ponían de manifiesto que el magnate no estaba cómodo con un presidente negro, y tiraba un mensaje a los republicanos como él. Unos días más tarde Obama contraatacó, dejándolo en ridículo delante de una sala llena de periodistas. Era en la cena de corresponsales de la Casa Blanca. Aquel día, probablemente, Trump acabó de decidir presentarse en las elecciones, aunque ya se lo habría planteado mucho antes. No podía ser un perdedor, tenía que ganar.

Los comentarios racistas y contra la inmigración, sin embargo, no sólo han ido contra Obama. Varias veces ha hecho comentarios despectivos sobre los latinoamericanos, sobre todo contra su vecino México, a quien le quiere hacer pagar un muro para cerrarles la entrada a los Estados Unidos. Trump no quiere inmigración porque dice "que vienen los peores: violadores, ladrones, vendedores de droga..." y que cogen los lugares de trabajo a los nativos.

Y todavía más declaraciones polémicas. Trump ha negado varias veces el cambio climático y ha cargado contra los tratados de libre comercio. De hecho, ha asegurado que no firmará el TTIP con Europa y que renegociará el NAFTA que los une con Canadá y México.

¿Y cómo una persona así ha conseguido ganar las primarias americanas y posicionarse como posible jefe de estado de una de las grandes superpotencias mundiales? Pues con un discurso antipolítico y antiestablishment. "Yo no soy un político. Los políticos no actúan. Yo soy el contrario". Esta es la máxima de Trump que ha conseguido hacerle recoger el voto de parte de la clase obrera desfavorecida golpeada por la globalización y de los que viven la política con desafección. Sobre todo de las zonas más rurales.

Pero este tipo de discurso también le ha llevado bastantes problemas. Varios republicanos se han alejado de su lado por sus constantes salidas de tono, su carácter excéntrico y su polémico discurso. Habrá que ver este martes cuál es el apoyo del pueblo americano, pero lo que no le podrá negar nadie es que ya ha revolucionado la política de los Estados Unidos.