Imitando a los camioneros antivacunas canadienses, que han ocupado con sus vehículos el puente Ambassador que une Detroit (EE. UU.) con Ottawa (Canadá) y han provocado un colapso en el paso fronterizo terrestre más transitado de todo América del Norte, los franceses intentaron ayer colapsar París con el llamado convoy de la libertad, pero su intento se ha quedado en fracaso. Un fuerte despliegue policial ha evitado que antivacunas venidos de toda Francia paralizaran la capital del país como protesta contra las medidas restrictivas por la pandemia. Desde que entrara en vigor el pasaporte covid, Francia ha sido el epicentro de muchas manifestaciones contra la gestión de la pandemia. Estas se han intensificado desde que el presidente Emmanuel Macron asegurara que tenía la intención de "joder" a los no vacunados, imponiendo más medidas. 

673d9cc636128cbb6130469561897f54528ecefdwFuerte despliegue policial cerca del Arco de Triunfo / Efe 

Centenares de vehículos esperaban a las afueras de París desde la noche del viernes y a primera hora de la mañana del sábado empezaron a entrar en la ciudad con la intención de paralizar el centro urbano, aunque la Prefectura había prohibido cualquier tipo de manifestación. Algunos de los conductores fueron detenidos por los controles levantados por los agentes, pero también un buen número logró superarlos y llegar a los Campos Elíseos. En este emblemático punto parisino, escenario de las manifestaciones de los "chalecos amarillos" años atrás, aún había más presencia policial. Los antivacunas lograron su objetivo durante más de dos horas: paralizar el tráfico en esta zona de la ciudad. Aun así, en todo momento estuvieron rodeados por agentes antidisturbios. El despliegue fue impresionante: 7.200 efectivos blindados y con material pesado para evitar que bloquearan la ciudad. A golpe de máquina excavadora, la policía fue apartando los vehículos de los manifestantes, que continuaron su protesta a pie.

La manifestación de ayer fue pacífica, sin que ninguno de los manifestantes resultara herido, a excepción del tramo final, cuando la policía recurrió a los gases lacrimógenos, hecho que provocó enfrentamientos.

Diferentes puntos 

A diferencia de en Canadá, donde la policía no ha podido empezar a desalojar a los camioneros hasta casi dos semanas después de que empezara su protesta, que se ha terminado convirtiendo en un problema de Estado y ha puesto contra las cuerdas al primer ministro Justin Trudeau (con llamada del presidente Joe Biden incluida), en París, horas después de la protesta de los antivacunas, los turistas han vuelto a llenar el paseo de los Campos Elíseos pocas horas después de las manifestaciones. En lo único que se parecían las dos protestas era en el gran despliega policial. 

En cambio, en otros puntos de la ciudad, la situación fue más tensa. Por ejemplo, en la plaza de Italia, en el sur de París, donde otros miembros de los "convoyes de la libertad" se dieron cita y tuvieron roces más violentos con los policías. Por otro lado, en el Palacio Real, cerca del museo de Louvre, los asistentes a esta protesta al estilo canadiense compartieron espacio con el grupo ultraderechista dirigido por Florian Philippot que cada sábado se manifiesta contra las vacunas desde hace meses. En total, medio centenar de personas fueron detenidas, unas 200 multadas y varios cientos de vehículos detenidos a las puertas de la capital.

Macron llama a la calma 

Desde el Elíseo, se seguía con mucha atención este movimiento, cuando solo faltan dos meses para la primera vuelta de las elecciones presidenciales. En ellas, aunque Macron aún no ha anunciado oficialmente su candidatura, aparece como favorito. Por ello, en las últimas horas se ha visto obligado a dar una imagen de firmeza pero sin impedir el derecho de manifestación de los ciudadanos ni actuar de forma agresiva. De lo contrario, podría haber provocado nuevas protestas. Horas antes, Macron había llamado a la calma, reconociendo que entienda el hartazgo de la ciudadanía por la pandemia y las restricciones dos años después.