Siria se encuentra inmersa desde del pasado sábado en una espiral de violencia sectaria que ya ha dejado más de 300 muertos. De estos, 40 eran miembros de la minoría drusa, uno de los múltiples grupos étnicos que habitan la nueva Siria de Ahmed al-Sharaa. Israel los ve como un leal aliado y, con el aparente objetivo de protegerlos, intervino el miércoles en el conflicto bombardeando el sur de Siria y su capital, Damasco.
Al-Sharaa, que actualmente es presidente interino de Siria y lidera su transición hacia la democracia, ha asegurado este jueves en un mensaje televisado que proteger los ciudadanos drusos y sus derechos "es su prioridad" y ha anunciado la retirada de las tropas gubernamentales de la provincia de Suwayda —en el sur del país, cerca de la frontera con Israel— donde habita gran parte de la minoría drusa. En su primera declaración después de la intervención israelí en el conflicto, el presidente sirio ha declarado el tercer alto el fuego de los últimos cinco días y ha acusado a Israel de querer "inflamar las tensiones, propagar el caos y socavar la seguridad y la estabilidad de Siria".
¿Por qué ha entrado Israel en el conflicto?
Este miércoles, Israel bombardeó varios objetivos en Siria, entre ellos, el recinto del Ministerio de Defensa, zonas próximas al palacio presidencial y el complejo del Estado Mayor. También atacó ciertas áreas del sur del país, donde, desde hacía cuatro días, grupos de drusos, tribus beduinas y fuerzas de seguridad sirias combatían intensamente. En el momento de los ataques israelíes, en la provincia de Suwayda ya se acumulaban 250 muertos. Tel Aviv, que ocupa actualmente los Altos del Golán sirios, esgrimió razones humanitarias: las operaciones tenían como objetivo proteger la minoría drusa y atacar las fuerzas de Al-Sharaa, responsables de su persecución. Para Israel, los drusos son aliados leales con un pasado histórico común, y muchos de ellos sirven en el ejército israelí.
Israel, no obstante, también tiene otras consideraciones sobre el conflicto en Siria. Desde el cambio de régimen, ha intentado tener bajo control el sur del país con bombardeos estratégicos y ofensivas terrestres, rechazando cualquier intento de llegar a un acuerdo de seguridad con Damasco. En esta nueva escalada de violencia, el gobierno israelí ha reivindicado la necesidad de evitar que las fuerzas sirias ganen terreno cerca de sus fronteras. Antes del anuncio de este jueves del presidente Al-Sharaa, Tel Aviv ya había amenazado con intensificar los bombardeos si sus tropas no se retiraban de Suwayda, cosa que finalmente ha conseguido. Para algunos analistas, esta política representa un intento de mantener frágil y dividido el país vecino.
¿Quiénes son los drusos?
Los drusos son un grupo étnico que habita principalmente en Siria, aunque también se encuentran agrupados en comunidades en el Líbano y en Israel. Representan una escisión del ismailismo, es decir, son chiíes. Durante la guerra civil disfrutaban de cierta autonomía, pero con el cambio de régimen las cosas han cambiado. Al-Sharaa, a pesar de querer presentar una imagen de moderación y tolerancia con las minorías, busca unificar el país bajo un ideario islamista, hecho que pone en riesgo la pervivencia de las prácticas y creencias no solo de los drusos, sino de la multitud de etnias que pueblan Siria. Hay que destacar también que dentro de los mismos drusos no existe un consenso absoluto sobre cómo abordar las relaciones con el nuevo gobierno, dado que algunos están a favor del diálogo con Damasco —especialmente, desde que un miembro de la comunidad fue nombrado ministro de Agricultura— mientras que otros rechazan categóricamente esta opción.
Este último episodio de violencia surgió a partir de enfrentamientos entre los drusos y varias tribus beduinas locales. Los dos grupos comparten región, sin embargo, los beduinos son leales a las fuerzas gubernamentales, que los drusos consideran responsables de su persecución. Desde la caída de Asad y el inicio del frágil proceso de transición, la convivencia entre los dos grupos ha sido compleja, con episodios esporádicos de violencia que también han involucrado a las tropas de Al-Sharaa. En esta ocasión, poco después del inicio de las hostilidades, las tropas gubernamentales intervinieron para restablecer el orden, aunque, lejos de conseguirlo, los combates se agravaron. Después de un par de treguas frustradas, el alto el fuego de este jueves y la retirada de las fuerzas de Al-Sharaa parecen poner punto final a la violencia desmesurada en esta región. Al menos, temporalmente.
Lecciones de este nuevo episodio de violencia
El gobierno sirio ha condenado los ataques israelíes, que ha catalogado de "violación del derecho internacional". Desde que tomó posesión como líder provisional del país, Al-Sharaa ha intentado imponer el control sobre regiones como Suwayda. Sin embargo, las constantes amenazas de Israel de atacar la zona si no se reduce la presencia militar han frustrado los planes del líder islamista. "Los israelíes no permitirán que el gobierno sirio extienda su autoridad por todo el territorio", observa el Centro Omran de Estudios Estratégicos.
La retirada de las fuerzas gubernamentales sirias de Suwayda, anunciada por Al-Sharaa este jueves, pone en evidencia la incapacidad del nuevo gobierno de transición para mantener el control de la zona a la luz de los ataques israelíes. La responsabilidad de la seguridad en la región recaerá ahora en los mismos drusos, según ha anunciado el presidente, aludiendo a "motivos de interés nacional supremo". Sin embargo, como se ha mencionado, los drusos son una comunidad internamente dividida, de manera que restará por ver si apuestan por el diálogo con las nuevas autoridades sirias o si, en su lugar, rechazarán cualquier contacto con los hombres de Al-Sharaa.