Siria ha implementado un nuevo código de vestimenta conservador que exige el uso de burkinis o bañadores de cuerpo completo para las mujeres en todas las playas públicas. Esta medida, anunciada por el Ministerio de Turismo, forma parte de los cambios culturales posteriores a la caída del régimen de Bashar al-Ásad, derrocado el diciembre pasado por rebeldes liderados por la coalición islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS).

Según el ministro de Turismo, Mazen al-Salhani, las nuevas directrices responden a las "exigencias del interés público" y tienen como objetivo respetar la sensibilidad de varios sectores sociales. Además de la obligatoriedad de los burkinis para las mujeres, se indica que tienen que llevar una bata o ropa ancha para desplazarse entre la playa y otras zonas. Los hombres también tendrán que vestir camisas fuera de las zonas de baño, ya que ir con el torso desnudo queda prohibido en espacios públicos como vestíbulos de hotel o zonas de restauración.

Las directrices recomiendan, además, ropa ancha que cubra hombros y rodillas, y evitar piezas transparentes o demasiado ajustadas. Sin embargo, se permite el uso de bañadores occidentales convencionales en hoteles y playas privadas clasificadas como internacionales o de lujo (cuatro estrellas o más). Todavía no se ha especificado qué sanciones se impondrán a los que no cumplan las normas, pero el Ministerio ha indicado que socorristas y supervisores velarán por su cumplimiento.

Siria, hacia un gobierno islamista y una fase de transición

Este cambio refleja la influencia creciente de HTS, una organización considerada terrorista por Estados Unidos y Reino Unido. Su líder, Ahmed al Sharaa, ahora presidente interino de Siria, firmó tanto la nueva norma como una constitución provisional que establece un gobierno islamista para una fase de transición de cinco años. La reforma constitucional podría durar tres años, con posibles elecciones en cinco.

Organizaciones como Human Rights Watch han expresado preocupación por la gran concentración de poder en manos de Al-Sharaa y la falta de garantías sobre el Estado de derecho y los derechos humanos.

A pesar del carácter conservador de la nueva legislación, el gobierno la presenta como una muestra de respeto a la diversidad cultural, social y religiosa del país. Al mismo tiempo, busca reactivar el turismo sirio, especialmente después del levantamiento de las sanciones de EE.UU. en mayo de 2025. Esta decisión fue calificada por el presidente norteamericano Donald Trump como una "oportunidad de grandeza" para Siria. El ministro Al-Salhani ha intentado atraer inversiones cataríes y saudíes para proyectos turísticos millonarios.

Este nuevo código de vestimenta representa un giro importante hacia una agenda islamista en el espacio público sirio, y subraya los profundos cambios políticos y culturales que vive el país en esta etapa de transición postrégimen.