"Uno entra, uno sale". El primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, han anunciado este jueves el acuerdo migratorio Reino Unido-Francia contra las pateras de la Mancha, por el cual el Reino Unido devolverá a Francia a aquellas personas que crucen en patera el canal a cambio de recibir demandantes de asilo procedentes de territorio francés. "Por primera vez, los migrantes que lleguen (a territorio británico) en patera serán detenidos y devueltos a Francia en un plazo breve", ha dicho Starmer, en una rueda de prensa después de la cumbre bilateral celebrada en Gran Bretaña.

El premier británico ha concretado que "a cambio de cada devolución, se permitirá que un individuo diferente pueda venir aquí (a Gran Bretaña) a través de una ruta segura, controlada, legal, sujeta a comprobaciones estrictas de seguridad y solo abierta para aquellos que no han intentado entrar al Reino Unido ilegalmente". La cuestión de la migración por el canal de la Mancha era uno de los puntos principales sobre la agenda entre los dos países en la cumbre bilateral, y ha sido el colofón a la visita de Estado de tres días de Macron —la primera de un mandatario de la Unión Europea desde que entró en vigor el Brexit—.

La Mancha: eliminar una ruta peligrosa

El acuerdo supone un nuevo intento de eliminar la peligrosa ruta que cada día atraviesan pequeñas embarcaciones desde Francia hacia Reino Unido, y así como una recuperación de las relaciones post-Brexit. Los 33 kilómetros que separan ambas costas son un reto arriesgado para los migrantes que se atreven a atravesarlos, ante los fuertes corrientes y las hostiles condiciones meteorológicas, además del intenso tráfico de barcos. Además, no hay que olvidar la precariedad de las embarcaciones utilizadas, a menudo inflables, que provocaron la muerte de al menos 73 personas en 2024.

En los seis primeros meses de este año, el Ministerio del Interior británico ha calculado que 19.982 personas han entrado al Reino Unido a través del canal de la Mancha. Es la cifra más alta para un primer semestre desde que se tienen registros, y es un 50% superior a la registrada en el mismo periodo del año pasado. De hecho, mientras Starmer y Macron acababan de perfilar el acuerdo este jueves, más 200 migrantes eran rescatados por la guarda fronteriza y desembarcaban en el puerto de Dover (al sud de Inglaterra).

Un deportado a cambio de un solicitante de asilo

El acuerdo entre Reino Unido y Francia ha sido denominado como "uno entra, uno sale", ya que implica que el gobierno británico aceptará a un solicitante de asilo por cada inmigrante deportado que haya ingresado en el país atravesando de forma ilegal el canal de la Mancha. "Los migrantes que llegan en pequeñas embarcaciones serán detenidos y devueltos a Francia en poco tiempo", ha dicho Starmer, en la comparecencia al lado de Macron.

La clave aquí radica en el hecho que la legislación europea —Reglamento de Dublín III— prevé que los migrantes que llegan al continente tienen que solicitar asilo en el primer país que han pisado, de manera que muchas de las personas que sean deportadas a Francia tendrán que hacer las solicitudes de asilo en los países donde llegaron por primera vez. Hay que tener en cuenta que Grecia, Italia y el Estado español son de los países que más migrantes irregulares reciben, según Frontex.

El primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron, este jueves en Londres / Efe

El líder británico ha remarcado que la migración irregular supone una crisis a escala global, europea y muy "aguda" en los casos de Reino Unido y Francia, así como un problema "legal, de seguridad, de humanidad y de justicia". "Nos enfrentamos a una red multimillonaria dirigida por bandas criminales organizadas que conducen a centenares de personas a la muerte en el canal", ha dicho, antes de afianzar su decisión "de acabar juntos con este comercio vil". "No hay fórmula mágica, pero con el esfuerzo unido, nuevas tácticas y una mayor intención, podemos finalmente cambiar la situación", ha añadido.

Por su parte, el presidente francés ha destacado: "Muchas personas (en Reino Unido) decían que el Brexit ayudaría mejor a luchar contra la inmigración ilegal. Sin embargo, desde el Brexit, Reino Unido ya no tiene ningún acuerdo migratorio con la UE, así que para las personas que quieran atravesar, no hay forma legal de admisión ni forma de enviar a la gente de vuelta después de atravesar". Así, ha instado a tratar el problema con un enfoque "europeo" y con la aplicación del mencionado Convenio de Dublín, la norma comunitaria para racionalizar el reparto de solicitantes de asilo. "Necesitamos resolver eso con los países de entrada inicial. Francia no puede convertirse en el receptáculo de gente que ha sido rechazada en todos lados. Necesitamos reiniciar nuestros acuerdos. Por eso necesitamos la cooperación de España, de Italia y de Grecia," ha insistido, en un mensaje a los países que reciben la mayoría de solicitantes de asilo por el Mediterráneo. Finalmente, ha recordado que en enero se registró un aumento de travesías ilegales por el canal de la Mancha con nuevas metodologías peligrosas, en los llamados "barcos taxi".