Uno de los primeros vídeos que grabamos para la sección fue 'Tres xarel·los imprescindibles'. El día que se publicó, un buen amigo que hace vino en el Penedès me escribió y me dijo: "Laura, ¡os habéis olvidado de Alemany i Corrio!". No es que me hubiera olvidado, es que no sabía ni de qué me hablaba. Ser una recién llegada en un sector tiene la gran ventaja de que todo está por descubrir.
La casualidad quiso que, pocos días después, pasara por el bar de vinos l'Àngelus, en Vilafranca del Penedès. Allí coincidí con tres enamorados del vino que ultimaban el entrenamiento porque se iban a Madrid a participar en una famosa cata a ciegas. Nos sirvieron una copa de una botella envuelta. Un vino blanco, de color amarillo subido y que en nariz lo tenía todo: elegancia, complejidad, membrillo, alguna nota ya de envejecimiento. Era un vino que te hacía viajar directamente a Borgoña. No tenía ni idea de qué vino era, pero sabía que nunca lo había probado y que lo estaba disfrutando muchísimo. Cuando destapamos la botella, mi sorpresa fue mayúscula: era Sot Lefriec Blanc, de Alemany i Corrio. No podía creerlo: su xarel·lo de alta gama, aquel que mi desconocimiento había dejado fuera de la ecuación del vídeo pocos días antes.

He creído que había llegado el momento de enmendar mi "error" y presentaros quién está detrás de este vino que nunca olvidaré: Irene Alemany, copropietaria de la bodega Alemany i Corrio. Hija del Penedès, marchó a Borgoña a estudiar enología, donde conoció a su compañero de vida y de proyecto, Laurent Corrio. Después de un tiempo trabajando en esta prestigiosa zona de Francia, se marchó a California, a Sonoma County. Un año y medio después, en 1999, decide volver, abrir la bodega en Vilafranca y elaborar vinos con los viñedos que su abuelo y su padre habían cuidado con mucho mimo.
Entre propias y alquiladas, el matrimonio trabaja unas 15 hectáreas de xarel·lo, merlot, cabernet sauvignon y cariñena tinta. La viña de cariñena la tenía ya el abuelo de Irene. De hecho, su bisabuelo solo elaboraba vinos tintos, algo muy extraño en aquellos tiempos y en esta zona vinícola. Irene es una referente en el Penedès y en Catalunya, gracias a su manera tan personal de entender la viticultura y la defensa de sus firmes valores en relación con cómo quiere que sean sus vinos: uso de levaduras indígenas del viñedo, conversiones malolácticas espontáneas en las barricas, vinos sin clarificaciones ni filtraciones y uso de variedades como la cabernet sauvignon y la cariñena, entre otras.
Compaginar las tareas de la bodega con diferentes trabajos, en estos momentos en el departamento de exportación de una farmacéutica, supone para ella la independencia económica necesaria para poder seguir elaborando los vinos que quiere y cree, como los dos que presentamos hoy, pues no podíamos escoger solo uno.

Sot Lefriec tinto es el que más les representa, pues supuso un antes y un después en el Penedès: sorprendía muchísimo un vino tinto de cabernet sauvignon y cariñena tinta de estas características en esta zona. Sot Lefriec blanco es un xarel·lo único, que proviene de viñedos de 70 años que se han vendimiado a mano, como todos sus vinos. Después de estar el mosto durante 24 horas en contacto con las pieles, fermenta en barricas sin tostar de 300 y 500 litros, donde realiza una crianza posterior de unos 15 meses. Ambos son vinos de alta expresión, que representan un perfil clásico y mantenido en el tiempo, que no pasan de moda y con una capacidad de guarda muy larga.
Si queréis conocer a más personajes del vino que tienen mucho que decir, ¡tenéis que seguir a La Gourmeteria!