Siempre ha dado gusto pasar por la calle de la Muntanya, entre Mallorca y Passeig de Maragall. Pero ahora que la han convertido en zona peatonal, uno puede admirar la arquitectura de los antiguos edificios de este lado del Clot y, también, acercarse a Tan Tan Tanuki, la taberna japonesa que pone sobre la mesa la buena comida en el barrio.
Nàiade Valiente en la sala e Ivan López en la cocina, y el simpático Súper que lo mira todo mientras mueve la cola, hacen una cocina japonesa de corte sencillo pero de técnica muy depurada. Destaco lo bien frito que está el agedashi tofu: aéreo y nada aceitoso, flota como una nube sobre un caldo lleno de sabor, refrescado con cebolleta.

De hecho, la manera de freír de Tan Tan Tanuki es toda una demostración de dominio y saber hacer. ¿Cómo el aceite a alta temperatura puede convertirlo todo en una delicia dorada? No vale cualquier aceite ni se puede hacer de cualquier manera, y López y Valiente lo saben muy bien. Lo vuelven a ejemplificar en el pollo frito a la japonesa, que imagino que previamente han adobado para que recoja los sabores y los aromas que están en la base de la culinaria de Japón.
Quizás el paraíso es frito y es posible que estemos más cerca si pasamos por Tan Tan Tanuki a pedir todo esto
Y una vez más, en la brocheta de raíz de loto, tierna por dentro y crujiente por fuera. Quizás el paraíso es frito y es posible que estemos más cerca si pasamos por Tan Tan Tanuki a pedir todo esto o incluso otros platos hijos de la grasa vegetal hirviendo que me harán volver, como el takoyaki o el kakiage de verduras o las otras brochetas que no pude probar, y que me dan ganas de pedirlas todas y pasar la tarde royéndolas en su barra o en la sala que hay en el interior: de ternera, de pollo, de cerdo, de gamba, de berenjena y de calabacín.
En la carta, los segundos platos son una recopilación de los hits de taberna japonesa: curry con arroz y verduras, con pollo o gambas; butadon, arroz y cerdo y bien de salsa en el que pienso como si me hubiera enamorado; udon con ternera; y yakisoba de pollo o gamba. Pero también hay sorpresas, como el desconocido okayou, una sopa con arroz, huevo, alga, verduras y cebolleta. Muchos de estos platos están en el menú de mediodía, acompañados de un entrante, por el precio módico de 18 euros, solo entre semana. Para el fin de semana, piensa en empezar con una ostra y un sake y déjate guiar por la carta en este viaje por Japón.

En Tan Tan Tanuki también hay un poco de sushi, y bien diverso. Proponen un kaisedon, un bol de arroz cubierto de pescado y marisco frescos, sashimi según temporada y también el oshizushi, una especie de antepasado del sushi, prensado de salmón o caballa, en formato de cinco piezas a 8 euros o de diez piezas a 16 euros. Aquel día no elegimos ninguno de estos platos pero al saber que hacen martinis, aromatizados con yuzu, lichi, mikan o en su pureza, dry, pensé que si martini y sashimi rimaban no debía ser casualidad, y que en la próxima visita este sería el tándem por el que apostaría. Y unos fritos también caerán, ya lo sabemos todos