'Renovarse o morir'. Podemos pensar que es un tópico, un clásico e, incluso, una leyenda. Pero, de vez en cuando, te encuentras con algún ejemplo que demuestra la carga verídica de este no-tópico. Siempre todo radica en el hecho de renovarse y crecer. Los negocios (los restaurantes) son conocedores y los que aplican con sutileza y maestría esta técnica de transformación lenta, pero continua, son los que se llevan el éxito y el reconocimiento del público. Hace pocos días fui a parar al outlet de La Roca Village y me quedé impresionado de la evolución gastronómica que ha sufrido el lugar.

Una transformación 'gastro' de 180° en pocos años

La Roca Village inició su historia hace 25 años como destino turístico de compras. A lo largo de su trayectoria ha evolucionado y ha crecido. Se ha hecho grande. Sí, claro está, en el panorama de la moda y las tiendas, porque esta es su esencia. De hecho, recibe en torno a 5 millones de visitantes anuales, más que la Sagrada Familia, pero menos que el Camp Nou. De esta manera, es el segundo polo de atracción más fuerte de Catalunya en el ámbito nacional e internacional. ¿Los motivos? Muy sencillo, pero nada fácil. Una apuesta constante y trabajada para incrementar el nivel, el rigor y el lujo de un espacio que, por otra parte, es idóneo para todos los públicos a causa de los múltiples imputs que ofrece para pasear más allá de las tiendas.

Andreu La Roca Village
La propuesta 'gastro' del local Andreu / Foto: La Roca Village

Precisamente, este "más allá de las tiendas" es la clave del éxito de este escaparate catalán por todo el mundo. Hoy día, ofrece experiencias con un mix de marcas únicas, al que se suma un servicio prémium de hospitality y una estrategia muy personalizada de clientelismo. La Roca Village es una vitrina gastronómica de potencial altísimo con más de 2 millones de comensales al año. Su propuesta foodie la sustentan los 9 restaurantes y cafés, además de sus 4 quioscos de comida y 3 boutiques especializadas. Durante todo el año se sirven 1 millón de servicios de comida y se suceden acontecimientos como el Taste of Christmas. El destino genera propuestas gastronómicas con identidad propia vinculadas con el talento, la creatividad y la sostenibilidad.

Una propuesta basada en la cocina local

Situada a 40 minutos de Barcelona, La Roca Village presume de una anchísima oferta culinaria compuesta por importantes nombres que son ya todo uno en lo referente a la ciudad de Barcelona. El Village se ha convertido en una extensión del talento local y en escaparate para más de 20 firmas locales y propuestas gastronómicas arraigadas en la ciudad. La Roca Village es un destino de sobra conocido por una amplia propuesta de shopping, pero que sorprenden –y mucho– por su amplia oferta gastronómica, que abarca cualquier momento del día.

Corso Iluzione La Roca Village
La propuesta 'gastro' del local Corso Iluzione / Foto: La Roca Village

Así, desde el desayuno hasta el merienda-cena, se puede disfrutar de una cocina local o exótica. El Village cuenta con una propuesta gastronómica formada por restaurantes con identidad local que dirigen personalidades conocidas y respetadas del sector: Atmósferas Mordisco; Flax & Kale; Andreu; Fire & Bread; Mori by Parco; Farggi 1957; Corso Iluzione; y Pasarela.

Los establecimientos, al detalle

Atmósferas Mordisco

Rosa Esteva recupera el espíritu del mítico Mordisco Barcelona –abierto en 1987– y lo hace en este restaurante-jardín dónde poder comer bajo un cañizo, entre trepadoras y flores. Cuenta con elaboraciones apetecibles y originales, como los mejillones al vapor con Martini y queso, la tortilla abierta con burrata, jamón y rúcula, arroces o albóndigas estofadas con sepia. Aquí siempre apetece comer porque es como hacerlo a casa.

Corso Iluzione

Hablamos del hermano gastro de Luzio, inspirado en esta cultura italiana que inunda la ciudad de Nueva York. Su chef, Dascanio, utiliza ingredientes de primera calidad y de proximidad, y cuida el proceso de elaboración hasta el detalle más mínimo. Cuenta con dos puntos fuertes más. Uno es la coctelería de nueva creación; y el otro, el ambiente que desprende con una energía única.

Flax&Kale

Siendo uno en lo referente a España de la cocina saludable y flexitariana, este restaurante es el sitio perfecto para aquellos que quieren cuidarse sin renunciar al placer de la buena gastronomía. Frutas, verduras y hortalizas, pescado azul de pesca sostenible, proteína plant-based... Toda la energía que tu cuerpo necesita para un día de shopping.

Farggi 1957

Aquel mismo año, Jesús Farga inauguraba el primer obrador de alta pastelería en Barcelona para convertirse en un referente de calidad y excelencia. Y, con el perfeccionamiento, llegaron los helados que le han valido un gran reconocimiento. En una terraza muy propicia para hacer postureo, puedes degustar las recetas de siempre en qué mandan los sabores artesanos y tradicionales.

Mori

Mori by Parco es el japonés del Village donde poder vivir una experiencia única y exclusiva. Son especialistas en la elaboración del sushi y el sashimi, pero los platos calientes y las ensaladas tienen también un espacio importante a la carta; sin olvidarse de los espectaculares postres.

Fire & Bread

Fire & Bread fue creado como un restaurante Fast & Casual elevado, un espacio de tendencia con proyección internacional. Su cocina se basa en dos conceptos: Fuego y Pan. Entre sus especialidades hay sus hamburguesas, chuletas y ensaladas. Todo eso cocinado al horno Josper. Pertenece al grupo ibersol y es lo único, ya que fue creado para La Roca Village.

Pasarela

Pasarela es un restaurante especializado en cocina mediterránea reconocido por su gastronomía 100% local. Su terraza exterior es el lugar ideal para disfrutar de su carta que cuenta con tapas, ensaladas, carnes, pescados, arroces y postres caseros. Pasarela pertenece al grupo Ciudad Hoteles, una referencia del Vallès Oriental.

Andreu

Desde 1930 ofreciendo el mejor Jamón Ibérico de bellota de cerdos ibéricos criados 100% en libertad y alimentados con bellotas que garantizan un sabor único e inigualable. Su restaurante en La Roca ofrece y transmite el valor del producto y constancia a través de generaciones, haciendo pocas cosas, bien hechas y con orgullo.