Que Barcelona es una extensión de Italia, ya no lo duda nadie. Actualmente, el 11% de los extranjeros residentes en nuestra ciudad provienen del país de la bota, y tenemos la gastronomía italiana tan asimilada como propia que, para muchos barceloneses, es sinónimo de comida de confort. ¿Quién no se premia un día complicado con un buen plato de pasta? El italianismo es una constante y se extiende más allá de la gastronomía, comprendiendo su cultura como globalidad.

Italia no solo ha aportado al mundo la pasta, sino también referentes culturales que han sido primordiales para su evolución, como Galileo Galilei, exponente del humanismo renacentista gracias a su faceta de científico y artista. Nacido en Pisa en 1564, fue un curioso incansable que buscó las conexiones del conocimiento global, uniendo la ciencia y el arte como antes nadie lo había logrado. Es suya la frase que asegura que el arte y la ciencia tienen que colaborar en paralelo para alcanzar la perfección.

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Gastrobar Galileo / Foto: Marta Garreta

Bajándolo al terreno de la buena comida y el buen beber, que es lo que nos ocupa, es posible materializarlo en un interesantísimo proyecto gastronómico que se inspira, precisamente, en esta máxima de Galileo. Coge el nombre, Galileo, y propone descubrir todas las facetas de la gastronomía uniendo la creatividad con la búsqueda, tanto en el terreno líquido como en el sólido.

Este gastrobar cuenta con una carta de platos y bebidas que, a menudo, se inspiran en el universo de Galileo para conectarse entre sí. Así como buscar la experiencia para el cliente es una máxima en la restauración actual, en Galileo también se busca sumarle el concepto para hacer crecer el factor sorpresa. Cócteles que encapsulan humo en una burbuja que, al estallar, libera un aroma que redondea la cata o platos como los higos macerados en cava y pistachos, que aportan un toque crujiente y una mezcla única de sabor, pueden ser ejemplos.

Cócteles con una burbuja que, al estallar, libera un aroma que redondea la cata

Firmando este proyecto encontramos a viejos conocidos de la escena gastronómica de Barcelona e italianos establecidos en Barcelona, por suypuesto: Giacomo Gianotti, fundador de Paradiso, una coctelería reconocida con la primera posición del ranking del The World's 50 Best Bars de 2022; Gabriele Milani, el chef ejecutivo del Hotel Monument y propietario de Algrano, una trattoria especializada en pasta; Giovanni Pepe, propietario del restaurante italiano Gravin; y Andrea Civettini, campeón mundial en el 2018 del The Vero Bartender. Una constelación de cuatro personalidades que han decidido ofrecer una propuesta gastronómica única y exclusiva, inspirados en la persona, la obra y los descubrimientos del genial humanista del Renacimiento.

¿Cómo se unen, en Galileo, la gastronomía líquida y la sólida? La tarea previa de investigación para encontrar los puntos de conexión y el encaje con la figura de Galileo fue larga, de unos 8 meses. Con respecto a la coctelería, el proceso implicó identificar los hitos más importantes del personaje y entender cómo se podían materializar en un cóctel que rindiera homenaje visual y al mismo tiempo palatal. A este hallazgo se le sumó una tarea de maridaje donde, bajo las premisas de artesanía y sabores del producto local, se articularan platos que redondearan el cóctel.

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Gastrobar Galileo / Marta Garreta

Hasta aquí, una complejidad que se desviste de humo y se muestra de forma más sencilla y placentera tan pronto como se cena en Galileo. Las piezas encajan y la experiencia es divertida, porque el factor visual y la sorpresa no faltan en ningún cóctel ni plato que conforma el menú degustación maridado, altamente recomendable. En este viaje guiado por Andrea y por el equipo de sala, cada cóctel y cada receta cobra su sentido. Si se suma a la ecuación un local decorado con confort y gusto y una iluminación que invita a dejar volar la imaginación, se comprende que Galileo es un proyecto ambicioso de largo recorrido y hecho con coherencia. Quizás Barcelona no está preparada para tal nivel de delicadeza, pero su existencia nos hace desear que este proyecto pronto sea pionero de una gastronomía que busque más allá del hedonismo y conecte, como conectó Galileo, la cultura de la creación y del disfrute.