El pasado mes de junio tenía lugar la 40ª edición de una de las rutas automovilísticas más antiguas del mundo, la ‘Mille Miglia’, un evento que fue, desde su creación en 1927 hasta 1957, un certamen de lo más glamuroso y que, tras la pandemia, ha vuelto a disputarse. Coches históricos llegados de todas las partes del mundo iniciaron la ruta que va de Brescia a Roma, con su correspondiente regreso. Un viaje de 1.635 kilómetros por el norte de Italia.

Doppietta
Restaurante Doppietta / Foto: Doppietta

En la Ciudad Condal, una novedad gastronómica que se está convirtiendo en visita imprescindible para este otoño rinde homenaje a través de su carta a la carrera de las 1000 millas. Se trata del restaurante Doppietta, cuyo nombre es, precisamente, el de un coche de la casa Alfa Romeo que participó en ella. Al frente, el restaurador británico Badr Bennis y el chef, originario de Brescia, Nicola Valle.

La carta recorre lo mejor de la cocina del Norte de Italia. Procedo del campo y en la casa en la que crecí nunca ha faltado el buen queso y el embutido artesanal. Mi abuela María siempre se involucraba en el cuidado del huerto y en la preparación de las conservas y encurtidos. En Doppietta rendimos homenaje a nuestros padres y abuelos para quienes una copa de vino y un buen producto casero eran motivo más que suficiente para sentarse a la mesa de casa, en el bar de la esquina o en la tienda alimentaria del barrio”, nos cuenta Valle.

Restaurante Doppietta / Foto: Doppieta
Restaurante Doppietta / Foto: Doppietta

Así, los que hayan viajado por el país transalpino, podrán constatar que el concepto de Doppietta es el de una ‘salumeria’, esas preciosas tabernas con vinos y platos pequeños con los mejores productos y tablas de quesos y embutidos para compartir en pareja o con amigos. Así, en este nuevo ‘spot’ gastronómico podrás degustar los mejores embutidos de la Emilia Romaña, así como su ragú de carne picada y verduras, pero en este caso blanco, sin salsa de tomate y en forma de lasaña con alcachofas y trufa. También sirven platos de carne de la Toscana, como la carrillera con manzana verde, mostaza, café y chips de patata violeta.

La carta cuenta también con varios entrantes fríos, que recuerdan a los que salen de las ‘dispense’ italianas, cuyo secreto radica en haberlos tenido marinando o cociendo en su jugo días antes, para así poder servirlos en pocos minutos. Increíbles están las sardinas ahumadas con tomate verde encurtido, gel de té y ‘taralli’, la rosquilla típica de La Puglia; el ‘roast beef’ de picana, encurtidos de temporada y crema de limón; los boquerones marinados y los pimientos rellenos de atún y salsa ‘picatta’. Los que siguen salivando por la burrata, aquí la tienen de primerísima calidad, un plato que aconsejamos combinar con la ensalada de Kale con camembert de búfala. Sí, en Doppietta, como en su hermano mayor, Benzina, los amantes del queso lo tienen difícil para escoger.

Restaurante Doppietta / Foto: Doppieta
Restaurante Doppietta / Foto: Doppietta

A continuación, llegan, como un coche en óptimo estado y listo para ganar la carrera, los ‘cicchetti caldi’, platos calientes como la berenjena a la parmesana asada, queso stracciatella, tomate confitado; el tibio de gambas y pesto; la cazuela de pescado a la Livornese o el queso Crembi fundido con speck y nueces. Los que prefieran de segundo compartir una buena tabla de quesos aquí encontrarán los mejores de Lombardia, como el Salva Cremasco, el Camembert de Bufala y el Parmigiano Reggiano, que se sirven junto a otros de la región del Piemonte, como el Tuma del Pen, y del Veneto, como el Ubriaco Amarone, un curado de vaca. Una visita a Doppietta nos anima para un próximo viaje, con mucho conocimiento en el maletero, a las queserías del norte de Italia.

Restaurante Doppietta / Foto: Doppieta
Plato de pasta del restaurante Doppietta / Foto: Doppietta

Quesos que maridan perfectamente con embutidos como la Bresaola IGT de Lombardía, el Capocollo de Calabria y el Finocchiona de la Toscana, acompañados con una mermelada de tomate ligeramente picante. De postre, no hay que dudar en pedir el tiramisú, aunque el salami de chocolate es todo un trampantojo que también los portugueses usan como guiño de sobremesa. Nada mejor que degustarlo junto a uno de los cócteles, con nombres de los coches míticos que han participado en las 1000 millas, como el Topolino, el Moss 722 o el Dopocorsa. Gin, tequila, vermut… creaciones de autor que nos dejan con esa melancolía de los hitos históricos, pero con la alegría consumada de la vuelta a la pista. Y nosotros podemos pedir entrada, gastronómicamente, cuando el cuerpo lo pida.