La playa de Castelldefels es un destino tranquilo en que disfrutar del sol y el calor del verano. Junto al puerto deportivo de la Ginesta, al final del paseo marítimo, está el chiringuito Tarumba, una especie de oasis que sirve comida y bebida en medio de las largas playas que bordean la ciudad. Un lugar animado y lleno de gente con una gastronomía diferente a la de otros restaurantes de playa.
Un espacio animado
A Tarumba se llega desde el paseo marítimo de Castelldefels, a través de un pequeño pasadizo de madera que conduce hasta la zona habilitada con mesas. El restaurante es abierto, al aire libre, con un habitáculo donde se ubica la barra y dos espacios de mesas donde se sientan los comensales, uno sobre la madera y el otro directamente en la arena. El rincón más importante, sin embargo, es el espacio de cocina dedicado a la brasa; una zona pensada exclusivamente para cocinar con carbón y leña que no es habitual en restaurantes de playa de este tipo.
El restaurante está casi lleno y parece que muchas de las mesas vacías ya están reservadas. En está parte de Castelldefels no hay mucha oferta de restauración, por lo tanto, los pocos chiringuitos que se reparten por la playa son espacios muy codiciados. La sala, si es que le podemos llamar así, está llena de camareros; chicos y chicas jóvenes que van arriba y abajo con los platos que piden los comensales de nuestro alrededor. Hay bastante movimiento, quizás incluso demasiado, pero una vez nos sentamos en la mesa, nos relajamos y pedimos un poco de agua y una copa de vino blanco, que no es muy bueno.
Casi todos los platos tienen mucha coimda, así que si vas con hambre, de Tarumba seguro que saldrás satisfecho
El chiringuito con brasa
Para empezar la comida, pedimos unas croquetas de chipirones y una ración de gazpacho. Las croquetas son buenísimas, con una textura cremosa y un punto cítrico de la salsa con que se acompañan. El gazpacho, por el contrario, no es bueno. Se sirve con un cubito de hielo en medio que, para mi gusto, agua demasiado el plato. Si quieres pedir unas bravas o una ración de nachos para compartir (que no probamos, pero que tenían buena pinta), ten presente que las cantidades que sirven son muy abundantes. De hecho, casi todos los platos tienen mucha comida, así que si vas con hambre, de Tarumba seguro que saldrás satisfecho.
Solo por la pinta ya se nota que se ha hecho a la brasa, pero el sabor y el aroma del pescado cuando lo abres son todavía mejores
Ha llegado el momento de los platos principales: hamburguesa de ternera y lubina a la brasa. La hamburguesa es grande y se acompaña con patatas, pero la pieza de lubina, que se sirve entera, lo es todavía más. Solo por la pinta ya se nota que se ha hecho a la brasa, pero el sabor y el aroma del pescado cuando lo abres son todavía mejores.
De postre pedimos un pastel de queso casero, una pieza que compartimos entre dos personas porque ya nos avisan de que también es abundante. El pastel es bueno, cremoso, sabroso y contundente.