Me acerco a la calle València con Enric Granados para probar la cocina del restaurante Topik, que cumple quince años ofreciendo una de las mejores cocinas mediterráneas y asiáticas de la ciudad. El chef Adelf Morales, que ha pasado por cocinas tan prestigiosas como la de Martín Berasategui, Eneko Atxa, Dani García o Ricard Camarena, entre otros, dirige el local junto con su pareja, Eva Melé.

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Adelf manejando setas. Topik / Foto: Carlos Baglietto

Llego al local a las dos del mediodía, la terraza está vacía y brilla, a pesar de ser otoño, un sol despampanante. Curiosamente, el local también está vacío, y me extraña. Yo voy a lo mío y me sientan al fondo del local. El espacio con dos niveles es agradable, luminoso y las mesas están bien distribuidas. La barra está situada al entrar a la derecha, al final intuyo la cocina, porque veo entrar y salir pedidos en aquella dirección.

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Entrada del Topik / Foto: Carlos Baglietto

Poco a poco y como quien no quiere la cosa, el local se llena hasta la bandera. Dejadme que os diga que a mí no me hicieron demasiado caso, pero vi que trataban a todo dios como si fuera de la familia, de lo cual deduzco que mucha clientela debe frecuentar el local.

Charlando con Adelf comentamos si el Topik es un bristot; ni él ni yo lo tenemos claro, quizás sí, porque ofrece comida con toques franceses y, ciertamente, tiene un local pequeño y honesto con especial atención al producto. Por otro lado, el chef vivió tres años en Japón y admira su cultura y su cocina, muestra de ello es el resultado de su propuesta: cocina mediterránea y asiática.

Dejan la carta con una hoja de sugerencias y la carta de vinos, pregunto por el menú del día que he visto colgado en la puerta de la entrada, tiene buena pinta y es lo que escojo: son cuatro tapas y un segundo. ¡Manos a la obra!

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La barra de ostras del Topik / Foto: Carlos Baglietto

Me traen un poco de agua y el tartar de boletus y ostra. En la entrada del local, tienen una selección de ostras que sorprende, puedes encontrar hasta doce tipos diferentes. También traen la fritura de boquerones y el escabeche de caballa. Las primeras referencias que encontramos del escabeche —que, por suerte, vuelve a estar de rabiosa actualidad— son del siglo XIV en el Llibre de Sent Soví. Un escabeche bien hecho te puede alegrar el día, y la semana, claro; además, tiene la virtud de que nos puede servir para el pescado, como en este caso, pero también para la carne, como la perdiz, el pichón, el conejo, el pollo e, incluso, para las hortalizas, como las habas. Muy bueno el salmón con holandesa de estragón.

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Salmón con holandesa de estragón. Topik / Foto: Víctor Antich

Después de los entrantes, pruebo las cocochas de bacalao al pilpil, muy bien cocinadas. Hasta hace cuatro días, siempre que pisaba Donostia compraba cocochas y lomo de bacalao en una antigua bacaladería del barrio viejo; en mi último viaje comprobé con lágrimas en los ojos que el negocio había cerrado. Por suerte, reconduje la situación comprándolo en una bacaladería del mercado de La Bretxa. Finalizo la comida con un pastel de queso muy sabroso.

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Cocochas de bacalao. Topik / Foto: Víctor Antich

En el Topik son especialistas en atún, en abril, que es su mejor época, el chef trata con piezas de cien kilos delante de los clientes explicándoles las diferentes partes del pescado y sus peculiaridades antes de cocinarlo. La caza también es uno de sus platos fuertes, cuando es época, cocinan liebres, corzos, perdices, becadas y todo lo que se ponga a tiro, o casi todo. Mención aparte son los arroces y la lamprea en el mes de febrero, que cocinan como nadie.

Concluyo que Adelf te ofrece una cocina sincera donde el producto es el gran protagonista y donde la estacionalidad marca el compás con un buen funcionamiento de la sala. Pronto volveré, pues dentro de poco empieza la temporada de caza. Queda dicho.