Estamos en plena época del desenfreno, con los "un día es un día" encadenados, en "septiembre empezamos", estamos en la época de la libertad casi absoluta: las vacaciones escolares. Se abre la veda a las fiestas infantiles, a las meriendas al fresco, a los pícnics en la playa y a las comidas en el chiringuito con los pies en la arena.

Macarrones, pollo, helado y Fanta: el póquer ganador de los niños en verano. Un póquer inmutable en el tiempo porque lo es ahora -en la era de la globalización y las redes- y lo era en los años 70's (remitiéndome a mi infancia) cuando íbamos con el Capitan Trueno bajo el brazo. ¡Generaciones y generaciones bebiendo Fanta de naranja sin saber que el nombre de Fanta es la parte del principio de la palabra "Fantá...stico"!

Generaciones y generaciones bebiendo Fanta sin saber que el nombre de Fanta es la parte del principio de la palabra "Fantá...stico"!

Sí, las bebidas tantas veces bebidas, disfrutadas e imploradas, antes de omnipresentes en los bares y en las neveras domésticas fueron una idea, un proyecto, una apuesta, un riesgo, una aventura y, finalmente algunas, un éxito. A pesar de vivir itinerarios similares, cada una de estas bebidas es una historia particular llena de curiosidades, anécdotas y circunstancias históricas y en la creación de cada una de ellas se mezcla la necesidad, la emprendeduría y la adaptación al medio.

Podríamos vivir sin saber el origen pero seguro de que me agradeceréis estos temas entretenidos y poco controvertidos que ayudan a pasar las largas sobremesas de helado de corte y sangría.

Fanta

La inocente bebida se creó a raíz de la reacción de la alemana nazi al boicot comercial de los Estados Unidos de 1940, que había prohibido exportar el jarabe a partir del cual se elabora la Coca-Cola, necesario por la fabricación de la adictiva bebida que los tenía enganchados. Para rentabilizar la planta elaboradora, el director local inventó una nueva bebida con los excedentes de otras industrias como el dulce de leche y la pulpa de la manzana utilizada en la fabricación de la sidra, muy endulzado con sacarina y azúcar, y con un punto de gas. Los sabores dependían de los ingredientes disponibles. Solo les faltaba el nombre, que tenía que ser corto y fácil de recordar. FANTA(stico), fue el nombre escogido y fue un éxito rotundo. A pesar del éxito, una vez acabada la guerra se abandonó la producción hasta que en una de las fábricas que la marca tenía en Nápoles tuvo la ocurrencia de volver a lanzar el producto aprovechando la cantidad de naranjas de la zona... ¡Y hasta hoy!

La Fanta se creó a raíz de la reacción de la alemana nazi al boicot comercial de EE.UU.

Mirinda

Si finalmente el esperanto hubiera cuajado, todos sabríamos que "mirinda" significa maravilloso, magnífico, fenomenal, formidable y estupendo, el nombre que se escogió para el refresco que triunfó en la España de los años 60 y 70. A pesar de su éxito, nunca se ha sabido quién la inventó más allá que fue España el país que la vio nacer y que surgió de los despachos de Pepsi Cola Company a finales de los años 50 del siglo pasado. El éxito fue gracias a una potente campaña publicitaria que regalaba LPs o suscripciones a la revista Súper Mortadelo a cambio de tapones del refresco.

Si tienes un ataque de añoranza todavía la encontrarás en los países Latam (cómo se denomina actualmente en los Latino Amèrica), y también en Malàsia, Rúsia, China, Egipto, Israel, Nueva Zelanda o Polonia. Propiedad de PepsiCo, se comercializa con otros sabores más allá del clásico de naranja (manzana, fresa, uva o piña). La razón por la que ya no la encontramos en nuestras tiendas es la estrategia mundial de la propiedad que ha abandonado los países donde su eterno rival, Coca-Cola, tiene una fuerte presencia.

Si finalmente el esperanto hubiera cuajado, todos sabríamos que "mirinda" significa maravilloso, magnífico, fenomenal, formidable y estupendo

Cacaolat

Si cada vez que me manchaba de Cacaolat el vestido de punto de abeja de flores, con inmensa lazada, mi madre hubiera pensado que cada mancha era una medalla en el sr Viader –como una especie de homenaje a la emprendeduría – quizás me habría ahorrado una colección de bofetadas.

Situémonos en 1900, cuando un joven Marc Viader empieza a trabajar en una lechería de Barcelona. En 1910 ya es el dueño y en 1925 participa en la creación de Letona S.A. una embotelladora y distribuidora de leche envasada y esterilizada, una revolución teniendo en cuenta que la población se abastecía en las vaquerías de los pueblos y las ciudades.

En un viaje a Hungría prueba una bebida de cacao y se preocupa por elaborarla de manera industrial en Catalunya, con el objetivo de aprovechar el excedente láctico, sobre todo la leche desnatada que no tenía ninguna utilidad. La presentación en la Feria de Muestras de Barcelona de 1933 tuvo tan buena respuesta que el éxito fue imposible de parar. De las 900 botellas anuales pasaron a hacer cerca de 700.000 en 1936. La Guerra Civil todo lo fastidió pero en 1950 se reemprendió la elaboración e incorporó a Pepi, el niño que carga la botella a la espalda, como reclamo publicitario y que asociaba el Cacaolat a la infancia y que nos ha acompañado en tantas aventuras. Lo más importante, la receta se ha conservado intacta desde 1933.

Trinaranjus

Echar una ojeada a la trayectoria académica, empresarial y política de Agustín Trigo (1863-1952) da vértigo. Farmacéutico de formación, fue el alcalde de Valencia y creó un importante laboratorio industrial, en el que ideó Trinaranjus. El nombre hace referencia tanto al contenido de la bebida (tres naranjas) como al inicio del apellido del creador: TRIgo

El nombre Trinaranjus hace referencia tanto al contenido de la bebida como al apellido de Agustín Trigo, su creador

Todo empezó a finales del siglo XIX, con una medicinal sal de fruta efervescente rica en magnesio; continuó en 1924 con un concentrado de zumo de naranja diluido y gasificado y acabó en 1933 con un refresco sin burbujas: el Trinaranjus. Este último fue un gran éxito, aunque la botella diseñada por un gran diseñador de la época, cuya forma eran tres naranjas en la base, generó una avalancha de comentarios jocosos por parecer exactamente unos genitales masculinos. Anécdotas aparte, el éxito del Trinaranjus fue irrefutable y nos ha acompañado hasta día de hoy.

Historias preciosas, entrañables y que son modelos de emprendeduría... Aunque actualmente ninguno de estos refrescos son propiedad de sus creadores. Si quieres hablar con los dueños tendrás que pedir hora a Suntory, Damm, Coca-Cola y Pepsico. Qué pena tan grande.