Hoy, después del servicio del mediodía, cerraremos Semproniana hasta el 1 de septiembre. Todo un mes de vacaciones.

Mira, ya adelanto que no las tengo todas, cerrar todo el mes de agosto un restaurante situado en medio del Eixample es una temeridad. Barcelona sigue hirviendo en agosto, está repleta de turistas y, a día de hoy, hay pocas personas que hagan las vacaciones a la antigua usanza. La mayoría de la gente distribuye los 21 días de vacaciones a lo largo del curso, y así tienen varias opciones. Eso de las vacaciones en agosto es de proletarios. Cerrar es caro, porque no ingresamos nada y, en cambio, el contador de los gastos fijos sigue avanzando. La reapertura es infernal y tardamos unos tres meses en volver a estabilizar la cuenta corriente del pequeño negocio.

Pero no tenemos opción. Tenemos que cerrar porque no tenemos bastante equipo para afrontar los turnos de vacaciones. Disfrutar de trabajadores es un lujo al alcance de pocos. Todos conocemos algún caso de pequeños negocios de la costa que han tenido que cerrar en temporada alta, precisamente por esta situación. No encuentran gente para trabajar. Estamos viviendo, asustados, una crisis de personal importante. Sé que no somos el único sector afectado, oigo decir que es un problema que se está haciendo endémico en muchos otros sectores y que preocupa, no solo a los entornos laborales, sino a pedagogos, sociólogos y otros expertos. A veces pienso que idolatramos el dolce farniente, los medios de comunicación constantemente transmiten que trabajar es un palo y que tenemos que tratar de evitarlo al máximo.

Cerrar en agosto un restaurante del Eixample es una temeridad, pero no tenemos opción

Y mira que es bonito trabajar, y lo digo de verdad. Cuántas personas que se han visto privadas de trabajar han sufrido depresiones. Trabajar es retarse cada día, es una manera de sentirse parte de un engranaje de la sociedad, de sentirse necesario y valioso.

Y de todos los sectores, lo que tiene más desprestigio en términos de calidad laboral somos la restauración. Cuántas veces he oído decir que es un oficio "muy esclavo" y que suerte tenemos de nutrirnos de los que no pueden escoger el trabajo que quieren hacer, porque de otra manera nadie querría trabajar.

¿Esclavo de qué? Actualmente respetamos las horas del contrato. Es cierto que, en la mayoría de los casos, el equipo trabaja en dos franjas del día con un tiempo de descanso entre las horas de trabajo. Esta es una cuestión que tenemos que mejorar. Pero hay muchos trabajos que tienen horarios no convencionales, muchísimas, no es exclusivo de la restauración. Médicos, comunicadores, panaderos, personal sanitario, y otros que desconozco.

Trabajar en un restaurante es tener el club en casa: tienes visitas de amigos, conocidos y saludados

Pero no nos pongamos dramáticos: hay muchas ventajas de trabajar en un restaurante. Aquel placer de salir por la AP-7 un domingo por la tarde, como si fueras el monarca o el Dios del universo, con toda una autopista para ti, saludando con aquella sonrisa burlona a todos los "pringados" que hacen cola, apretados en un coche, y que tardarán tres horas en un recorrido que no supera los 15 minutos. Aquel bajar por las pistas de esquí, un lunes por la mañana, como si hubieran cerrado las pistas para ti. Aquel placer de estar en una playa un martes de finales de junio, escogiendo la mesa del chiringuito donde te jalarás una magnífica paella, servida con la sonrisa del camarero colega, contento de tenerte como cliente, y con tiempo de charlar. Aquel gusto de saber que no te tienes que buscar parentela, que no tienes que suplicar en un grupo de amigos para que te inviten a "pagar" la morterada que cuesta el menú de la cena de Fin de Año o de la verbena de Sant Joan.... Porque seguro que trabajas.

Los domingos están muy sobrevalorados. A cuántas familias asqueadas| he visto compartir mesa. Trabajar en un restaurante es tener el club en casa. Tienes visitas, no todas agradablemente sorprendentes (eso sí), a diario, de amigos, conocidos y saludados. Te ahorras el gimnasio. Si el restaurante tiene escaleras, los steps los tienes garantizados. ¡Si trabajas en la cocina, no hace falta que subas y bajes pesas, harás el hecho levantando la olla de 50 litros, y cobrando! ¿Tupperwares en el trabajo? Alguien te hace la comida como si comieras cada día en el restaurante. El horario es el más saludable, lo dice todo el mundo que comemos demasiado tarde. Nosotros comemos a las 12h y cenamos a las 20h. Y comemos con nuestra familia. Podemos llevar a los niños a la escuela e irlos a buscar.

Aquello del desierto de agosto en las ciudades.