Propiedades nutricionales 

Aunque para muchos es una sorpresa, el guisante no es una verdura, es una legumbre, al igual que las lentejas o los garbanzos. El principal motivo de esta confusión es que, por lo general, en la dieta mediterránea se consumen frescos, al igual que las verduras y al contrario que las legumbres, que siempre se presentan secas. 

Así pues, como legumbre que es, los guisantes son ricos en proteínas. Y además tienen una gran ventaja sobre estas ya que suelen ser más fáciles de digerir al no producir tantos gases ni dejar esa sensación de hinchazón tan típica de los garbanzos, por ejemplo. 

Por otro lado, los guisantes son una gran fuente de fibra, tan necesaria para el correcto funcionamiento del transito intestinal.  

Beneficios 

Entre los beneficios que nos aporta una buena ración de guisantes podemos destacar que son una gran ayuda a la hora de luchar contra los niveles altos de colesterol. 

Un plato de guisantes también nos aporta la cantidad diaria recomendada de Vitamina C y K. 

Entre los minerales destaca su concentración de potasio, un elemento necesario para que el sistema nervioso funcione de forma correcta. 

Foto: Pexels
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¿Cómo cocinarlo?

La suerte de los guisantes es que se conservan de maravilla, siendo tanto en lata, como en bote o congelados, opciones igual de válidas. En conserva basta con calentarlos un poco para tener una guarnición de diez que lo mismo alegra un plato de carne que de pescado. 

Si son congelados, lo ideal es respetar los tiempos de cocción que indique en el envase, que estarán medidos de acuerdo a su tamaño. 

Tanto al vapor como salteados con un poco de ajo y sal están deliciosos. 

Recetas con guisantes

La receta más popular y sencilla es el clásico de guisantes con jamón. De hecho, es una excelente opción para cenar hoy. El truco es simple, que ambos ingredientes sean de calidad y cocinarlos muy poco tiempo. Si nos pasamos, quedaran blandos y perderán parte de su encanto. 

Los guisantes son la base de cualquier menestra y también le dan un punto de color a arroces y a cremas de verduras. 

Los guisantes son uno de los alimentos más antiguos: se han encontrado restos fosilizados de esta legumbre que datan de hace casi 10.000 años

Origen

Los guisantes son uno de los alimentos más antiguos de los que se tiene constancia. De hecho, se han encontrado restos fosilizados de esta legumbre en yacimientos arqueológicos del Próximo Oriente que datan de hace casi 10.000 años. Su cultivo comenzó casi paralelamente al trigo y la cebada aunque a Europa tardó mucho más en llegar. 

En un principio, el guisante se consumía seco (tal y como se sigue haciendo en Asia) y no era un producto muy valorado aquí. No fue hasta el siglo XVI cuando se presentó fresco en la corte francesa y pasó a convertirse en protagonista de los platos más cotizados. 

El consejo

Una de las ventajas de los guisantes frescos, que comenzarán a llegar a nuestros mercados en marzo, es el color tan vivo que presentan. Para que ese verde tan característico se mantenga, el secreto es no pasarse con la cocción. Con escaldarlos unos dos o tres minutos en agua hirviendo es más que suficiente. Después, el truco es darles un golpe de frío para cortar la cocción. Así también nos aseguramos esa textura crujiente por fuera y tierna por dentro.