En uno de los rincones más tranquilos y auténticos del Baix Empordà, el restaurante Can Joan se ha convertido en una referencia gastronómica para quien busca cocina casera de calidad, producto de proximidad y una experiencia con un gran paisaje e historia. Sant Feliu de Boada, pequeño núcleo agregado al municipio de Palau-Sator, conserva el encanto de los pueblos ampurdaneses que han sabido mantenerse fieles a su esencia. Con menos de 150 habitantes y rodeado de campos de cultivo, el pueblo ofrece una panorámica única del Empordà más auténtico: Pals al fondo, las montañas de Torroella de Montgrí y, en días claros, la línea azul del mar y las Islas Medes.

Es en este entorno donde encontramos el restaurante Can Joan, un establecimiento familiar que lleva décadas cuidando a su clientela con una propuesta basada en la cocina tradicional catalana y los sabores de siempre. Con una carta que da protagonismo al producto de temporada y de proximidad, Can Joan destaca especialmente por sus arroces a la cazuela, el pescado fresco y las carnes a la brasa. El arroz de mar y montaña, el suquet de rape o el bacalao con sanfaina son solo algunos de los platos que han fidelizado a una clientela diversa: desde vecinos del territorio hasta visitantes que repiten año tras año.

Pies de cerdo con caracoles y cigalas / Foto: Jordi Àvila

Además de su cocina, el restaurante ofrece un ambiente acogedor y unas instalaciones pensadas para todos: comedores amplios para grupos y celebraciones, zona infantil, terraza con vistas y accesibilidad garantizada. También acepta mascotas, lo que lo convierte en una opción ideal para familias y escapadas rurales con amigos.

Envuelto en un maravilloso paisaje, ofrece cocina casera con los productos de la tierra, donde se combinan elementos del mar y la montaña, cuidada con el máximo rigor. Además de la conocida cocina tradicional y de temporada, la carta dispone de una gran variedad de platos para satisfacer a todos los paladares. Y no solamente para todos los gustos, sino también para todas las ideas, ya que tienen comedores privados donde celebrar todo tipo de eventos, con un exquisito trato familiar.

Can Joan es una parada obligada para quien quiera saborear el Empordà con todos los sentidos. Una excelente cuina ampurdanesa con vistas privilegiadas al corazón de Sant Feliu de Boada

Empiezo con una agradable crema de puerros, patata y calabacín para reconfortar al comensal. Para dar el pistoletazo de salida a la fiesta no puede faltar el clásico del verano: la ensaladilla rusa, en este caso, hecha de forma rústica con los ingredientes principales de la patata y la zanahoria, todo un viaje en el tiempo. Y mucha alerta a los raviolis de asado de canelones, una pasta wonton rellena con ese elemento más propio del invierno y salseados con su propio jugo.

Lomo bajo a la brasa / Foto: Jordi Àvila

A un ticket medio de 35 o 40 € por persona, tampoco te puedes perder las almejas Fina Gallega o los pies de cerdo con caracoles y cigalas. También elaboran arroces de categoría u otras recetas que puedo probar durante la visita como el tomate con judía del Ganxet y el lomo bajo a la brasa.

Dos excelentes postres para rematar esta comida tan maravillosa. Por un lado, el recuit de fonteta con miel, un clásico del Empordà; por otro, el postre de músico con moscatel, receta auténtica que marida a la perfección con la tranquilidad de este bonito restaurante ampurdanés.

Tomate con judías del Ganxet / Foto: Jordi Àvila

La filosofía de Can Joan está clara: hacer sentir como en casa, con platos honestos y un trato cercano. Un espacio en el que el tiempo se detiene, donde se puede conversar sin prisas y donde cada comida se convierte en una experiencia sensorial y emocional. En un momento en el que el turismo gastronómico busca autenticidad, Can Joan representa la combinación perfecta entre cocina, paisaje y tradición. Una parada obligada para quien quiera saborear el Empordà con todos los sentidos.