Siempre que pienso en un plan romántico, el Barri Vell de Girona es una de las primeras ideas que me viene a la cabeza. Quizás porque soy de las regiones gerundenses o quizás porque tengo impreso en la piel la famosa frase de “Girona, me enamora”, pero el romanticismo de estos callejones es conmovedor. Parejas, amigos y familias son la máxima expresión de este sentimiento que, no obstante, se traslada también a los restaurantes más icónicos de este barrio. De hecho, en este caso os hablo de uno de los restaurantes más famosos de Girona que abrió puertas ahora hace casi medio siglo, pero que bajó la persiana hace casi veinte años. Se trata del histórico restaurante Cipresaia (c/ de Bonaventura Carreras i Peralta, 5) que puso en marcha motores en octubre de 2022 y ha renacido con más fuerza y más sabor que nunca.
Francesc Viader Martí, aficionado al teatro y al cine, y conocido como Quico Viader, hizo de guionista, actor y director. Pero en la ciudad se hizo muy popular a raíz de la apertura, el año 1978, del restaurante Cipresaia, en el Barri Vell de Girona. Abrió el establecimiento en la calle Bonaventura Carreras i Peralta, en el mismo sitio donde ha reabierto, y en poco tiempo se convirtió en un lugar de referencia por la cocina innovadora que se hacía y los clientes que atraía.

Visitado por grandes personalidades, el Cipresaia, que mezclaba la cocina catalana con la provenzal, estuvo abierto hasta el año 2006. Posteriormente, cogieron el relevo otros restaurantes hasta el pasado octubre del 2022. Fue entonces cuando los socios Marc Boronat, en la cocina, y Xavier Carol, en la sala, volvieron a abrir las puertas del local del nuevo Cipresaia.

En honor a Quico Viader, han heredado el nombre del restaurante y han continuado el legado con una nueva visión de la cocina y del espacio. En el nuevo Cipresaia se encuentra cocina catalana y francesa, cocina de temporada y de mercado, humilde, de calidad y acompañada de una selección de vinos meditada y cuidadosa. En el equipo de sala, junto con Xavier, también encontramos a Alba Calvet, excelente anfitriona, atenta y enérgica que te hace sentir como en casa. Juntos, forman un equipo tremendo que, con esfuerzo y una cocina de alta calidad, los ha llevado a aparecer en la prestigiosa Guía Michelin.

Unas croquetas muy melosas y hechas de manera casera de asado y jamón ibérico me dan la bienvenida en este mítico espacio, ahora reformado. A continuación, las ostras especiales Gillardeau n. 2 de Normandía que preceden el embutido, también artesanal, de rubia gallega madurada. Una serie de entrantes exquisitos, más que correctos y que calman el estómago enloquecido para hacer sitio a los principales.

Empezamos con la terrina de pintada con foie gras, ensalada de brotes silvestres y frutos rojos frescos, y continuamos con un plato de temporada y de mercado auténticamente catalán como son los guisantes del Maresme con tripa de bacalao, rubia gallega y holandesa de pimiento verde. Lo rematamos con los lechales de ternera con colmenillas a la crema, salsa de asado, espárragos verdes, crujiente de maíz y un velo de papada ibérica para poner punto final en un colofón gastronómico impresionante.

De postres, hay opciones suculentas como el bizcocho de la tía con chocolate dulcey y fruta de temporada, el tocino de cielo con maíz y kumquat, el xuixo de crema de la pastelería Armengol con chocolate Valrhona (70%) o el pastel de queso “Cipresaia”. Finalmente, sin embargo, me decanto por un magnífico flan de yema de huevo ecológica con nata montada casera.