El Prepirineo de Lleida es una joya desconocida para muchos que esconde una gastronomía espectacular. Platos autóctonos como la girella, productos de km 0 y restaurantes excelentes son la excusa perfecta para disfrutar de este rincón de Catalunya. Uno de los pueblos donde mejor se desayuna es La Pobleta de Bellveí, concretamente en el hotel restaurante Casa Arturo. Un local con mucha historia que prepara unos platos de escándalo en este pequeño pueblo de poco más de 100 habitantes.

Casa Arturo nació como una pequeña tienda de pueblo donde se abastecía la gente de toda la Vall Fosca. El primer registro de venta conservado –unas aspardeñes, fechado de 1906– es hoy un pequeño tesoro que testimonia los orígenes de un establecimiento arraigado al territorio. Pocos años después, en 1910, Arturo Mir y Elisa Sastre decidieron ampliar el negocio incorporando un servicio de café, convirtiendo la tiendecita en un punto de encuentro para el vecindario.

Mesa de embutidos y quesos del hotel restaurante Arturo. / Foto: Esmorzarsdeforquilla.cat
Tabla de embutidos y quesos del hotel restaurante Arturo. / Foto: Esmorzarsdeforquilla.cat

Con Roser Mir y Antonio Blázquez, el negocio vivió un impulso decisivo: la antigua fonda se convirtió en el Hotel-Restaurante Arturo, modernizado pero fiel a la esencia pallaresa

Fue ya en la siguiente generación, en los años sesenta, cuando Arturo Mir y Pepita Faurat transformaron aquel espacio en una fonda. Las recetas caseras de Pepita, cocinadas con dedicación y un gusto exquisito, se convirtieron muy pronto en una referencia para todos los que se sentaban a la mesa. La tradición culinaria continuó con su hija, que siguió los pasos de la madre e incorporó nuevos platos que hoy son auténticos clásicos de la casa, como las manitas de cerdo de Carns Bastús, el estofado de ternera o el capipota de cordero. También son excelentes la tabla de embutidos y queso, con producto de Ca d'Antema y Cal Tomàs, o el rabo de toro, también de Carns Bastús. Producto excelente ideal para hacer un buen desayuno que proviene de elaboradores de proximidad de la comarca. Unos platos que también incluyen los postres, como unas maravillosas peras al vino.

Manitas de cerdo del hotel restaurante Arturo. / Foto: Esmorzarsdeforquilla.cat
Manitas de cerdo del hotel restaurante Arturo. / Foto: Esmorzarsdeforquilla.cat

Con Roser Mir y Antonio Blázquez, el negocio vivió un impulso decisivo: la antigua fonda se convirtió en el Hotel-Restaurante Arturo, modernizado pero fiel a la esencia pallaresa. La pareja supo consolidar un estilo propio, combinando hospitalidad, cercanía y una cocina que honra la tradición sin renunciar a evolucionar.

Hoy, es el bisnieto del primer Arturo, Albert Blázquez, junto con Mar Bacardit, quien mantiene vivo este legado de más de un siglo

Callos del hotel restaurante Arturo. / Foto: Esmorzarsdeforquilla.cat
Callos del hotel restaurante Arturo. / Foto: Esmorzarsdeforquilla.cat

Hoy, es el bisnieto del primer Arturo, Albert Blázquez, junto con Mar Bacardit, quien mantiene vivo este legado de más de un siglo. El Hotel-Restaurante Arturo es ya un clásico del Pallars, defensor de la cocina de montaña, del producto de proximidad y del respeto por el territorio. Situado en el corazón del pueblo, continúa siendo un espacio de buena comida y ambiente auténtico, con platos generosos que capturan el alma del Pirineo. Las habitaciones acogedoras y el espacio del porche lo convierten en una parada gastronómica que conserva lo mejor del pasado y lo pone al servicio del visitante de hoy.