En el corazón de Osona, entre masías y campos verdes, hay un lugar que parece detenido en el tiempo y, a la vez, completamente vivo. Mas Monells es una masía catalana restaurada que se ha convertido en un referente para quien busca una cocina de temporada, sabrosa y con respeto por el producto local. Ya desde la entrada, el ritmo pausado del lugar te invita a desconectar, a respirar y a dejarte guiar por los sentidos.

Buena cocina en Osona

Al frente de los fogones encontramos a Edu Aliberch, un cocinero que entiende la cocina catalana desde la sencillez y la precisión. Edu no busca la sofisticación por sí misma; su objetivo es hacer que cada ingrediente brille con el máximo protagonismo. En sala, Desirée Márquez completa la experiencia con una sonrisa cálida y un saber hacer que hace que cada comida se convierta en cercana y memorable. La carta actual de Mas Monells es un reflejo fiel de esta filosofía. Todo comienza con platos que ponen en valor el producto de temporada: el salteado de setas con huevos de pato y butifarra negra es un homenaje a los bosques de Osona, con texturas y sabores que evocan la tierra y la tradición. Las setas, frescas y aromáticas, se combinan con la intensidad del jugo de la butifarra negra y la suavidad de los huevos de pato del mismo corral, creando un equilibrio perfecto que habla de proximidad y respeto por el producto.

Interior del restaurant Mas Monells. / Foto: Jordi Avila
Interior del restaurante Mas Monells. / Foto: Jordi Àvila

También encontramos platos que juegan con tradición y técnica, como los rigatoni con capipota de ternera y mayonesa de kimchi

Los canelones crujientes de pato guisado con crema de parmesano y jugo de su asado son otro de los platos que definen la propuesta de Mas Monells. Aquí Edu juega con la técnica y la sorpresa, transformando un clásico de la cocina catalana en una experiencia de contrastes: la crujiente exterior, la intensidad del relleno y la delicadeza de la crema de parmesano.

Canelón de calabacín del restaurante Mas Monells. / Foto: Jordi Àvila
Canelón de calabacín del restaurante Mas Monells. / Foto: Jordi Àvila

El mar está presente también en la carta, con platos como el calamar de potera con mayonesas de diversos sabores y jugo de asado, donde el producto fresco se acompaña de toques de creatividad sutil que no distorsionan el sabor natural del calamar. La combinación de mayonesas —ajo negro, curry, kimtchi y alioli— aporta complejidad sin perder el equilibrio, mientras que el jugo del asado redondea el plato con profundidad y calidez.

También encontramos platos que juegan con tradición y técnica, como los rigatoni con capipota de ternera y mayonesa de kimchi, un plato que muestra cómo la fusión de influencias y productos puede generar un sabor profundo y memorable. Y, para los amantes del arroz, la paella con pulpo y alioli de pimentón ahumado es una declaración de intenciones: producto local, cocción precisa y un resultado generoso, sabroso y elegante.

Capipota con macarrones del restaurante Mas Monells. / Foto: Jordi Àvila
Capipota con macarrones del restaurante Mas Monells. / Foto: Jordi Àvila

De postre, Mas Monells mantiene la misma filosofía de respeto al producto, con opciones que juegan con frutas de temporada y sabores contrastados. Todo ello completa una experiencia gastronómica que va más allá de la simple comida: es un recorrido por el territorio, por la memoria culinaria catalana y por el compromiso con la calidad y la proximidad.

Mas Monells no es solo un restaurante: es un espacio donde la cocina catalana se revisita sin artificios, donde cada plato tiene historia y cada ingrediente importa. El equilibrio entre técnica y producto, entre tradición y modernidad, hace que valga la pena desplazarse hasta allí, ya sea para una comida tranquila en familia o para una celebración especial. Y es precisamente este equilibrio —la combinación de un chef sensible y una jefa de sala cercana— lo que hace que cada visita a Mas Monells se convierta en una experiencia única.

Arroz del restaurante Mas Monells. / Foto: Jordi Àvila
Arroz del restaurante Mas Monells. / Foto: Jordi Àvila

Si pasas por Osona, hacer una parada en Mas Monells es más que una comida: es una inmersión en la cocina de temporada, en la sensibilidad por la materia prima y en la magia que solo los buenos profesionales saben transmitir desde la cocina y desde la sala.