Una versión para los amantes de las especies. Aunque haya desaparecido del recetario tradicional, la raíz del jengibre se puso de moda durante la edad media en Cataluña y Europa. Además de perfumada y ligeramente picante, la raíz fresca o seca es el mejor antídoto contra la acidez estomacal y de algunas afecciones respiratorias. Es extraño, pues, que un condimento tan refinado y una medicina tan potente desapareciera de nuestras cocinas. Con esta receta repararemos este error histórico.

Una receta de Gerard Pintó, ceo y director creativo en @theplaycook

LA GOURMETERIA 4 30 M

Ingredientes para 4 personas

  • 0,5 L de leche
  • 100 g de azúcar blanco
  • 10 g de jengibre fresco
  • 4 huevos
  • 20 g de maizena
  • Media piel de limón

Receta

  1. Pelar y cortar el jengibre en láminas muy finas.

  2. Poner a hervir la leche (toda menos medio vaso) y el azúcar en una olla. Cuando empiece a hervir, remover y apagar el fuego, y añadir la piel de limón y las láminas de jengibre. Dejar infusionar 15 minutos. Colar y devolver el líquido a la olla.
     
  3. En un bol, batir a las yemas de huevo con la maicena y el medio vaso restante de leche. Cuando esté bien homogeneizado, añadir esta mezcla a la olla.
     
  4. Calentar suavemente la olla sin dejar de batir hasta que coja cuerpo. Repartir la crema en boles individuales, y dejar enfriar en la nevera.
     
  5. Antes de servir, repartir una buena capa de azúcar sobre la crema y quemarlo con el soplete, con el quemador eléctrico o con el quemador metálico de toda la vida. Es menester que en cada hogar de Cataluña haya alguno de estos tres artefactos. En caso contrario, habrá que comer la crema sin quemar ... que tampoco es ningún drama.

Consejo

A la hora de ligar la crema es importado no pasarse de temperatura o acabaríamos cuajando a los huevos en lugar de gelificarlos, obteniendo una textura de tortilla francesa. Por otro lado, si te gusta el picante, prueba de añadir más jengibre a la infusión: el nivel de picante es muy subjetivo.