La Acadèmia Catalana de Gastronomia i Nutrició (ACGN) ha celebrado este lunes una mesa redonda con el título “La Mujer y la Gastronomía Catalana – El talento no tiene género”, en el Espacio Francesca Bonnemaison. El acto ha reconocido el papel esencial de las mujeres en la historia, el presente y el futuro de la cocina catalana, desde las amas de casa que preservaron los sabores de la memoria hasta las profesionales que hoy proyectan nuestra gastronomía al mundo.
Un encuentro de primer nivel
Moderada por el periodista Antoni Bassas, la sesión ha contado con la participación de Carme Ruscalleda, cocinera de referencia y vicepresidenta de la ACGN; Helena Garcia, periodista y amante de la cocina; Carlota Puigvert, chef del restaurante Les Cols (Olot); y Casilda Agenjo, ama de casa y defensora de la cocina tradicional catalana. La elección del Espai Francesca Bonnemaison no es casual. Este centro histórico de Barcelona, fundado en 1909 como el primero de Europa dedicado a la formación cultural y profesional de las mujeres, simboliza la transmisión del conocimiento, la sensibilidad y el progreso. En este contexto, la cocina se reivindica también como una herramienta de cultura, de diálogo y de transformación social. El mismo espíritu que impulsó a Bonnemaison —dar voz, espacio y valor a las mujeres— es el que atraviesa hoy la gastronomía catalana: un oficio que ha evolucionado desde la intimidad de los hogares hasta la excelencia de los grandes restaurantes.
La cocina catalana es una historia de sensibilidad y de rigor, de memoria y creatividad, de tradición y futuro

La mesa redonda se concibe como un espacio vivo y cercano de conversación, donde las ponentes reflexionan sobre cómo la cocina catalana ha pasado de ser un saber doméstico a convertirse en patrimonio cultural y motor económico. De las abuelas y madres que transmitieron recetas y valores hasta las chefs que innovan sin perder la esencia, la cocina catalana es una historia de sensibilidad y rigor, de memoria y creatividad, de tradición y futuro. El acto ha seguido un guion estructurado en cuatro ejes: las raíces, como base de nuestra cultura gastronómica; la identidad, como lenguaje propio capaz de explicarnos al mundo; el territorio, como fuente de autenticidad y sostenibilidad; y el futuro, con la mirada puesta en el relevo generacional y la formación de nuevos talentos.
“El talento no tiene género, y la cocina catalana es uno de los mejores ejemplos de cómo la pasión, la constancia y la sensibilidad han hecho crecer un patrimonio común”

A través de este recorrido, se pone de manifiesto que la cocina catalana es identidad, territorio, emoción y economía. Detrás de cada plato hay una red viva de agricultores, pescadores, productores, restauradoras y artesanas que hacen posible una gastronomía que crea riqueza y cohesión. “El talento no tiene género, y la cocina catalana es uno de los mejores ejemplos de cómo la pasión, la constancia y la sensibilidad han hecho crecer un patrimonio común”, afirma el presidente de la ACGN, Carles Vilarrubí. Con este acto, la Academia quiere rendir homenaje a todas las mujeres que, desde la cocina doméstica o desde los grandes restaurantes, han contribuido a preservar el gusto y el gesto que definen nuestra identidad culinaria. La clausura institucional ha corrido a cargo de Eva Menor, consejera de Igualdad y Feminismo de la Generalitat de Catalunya, que ha subrayado el valor estratégico de la gastronomía como pilar cultural, social y económico del país. “La Mujer y la Gastronomía Catalana – El talento no tiene género” ha sido, en definitiva, una declaración de amor a la cocina catalana: una cocina viva, diversa y arraigada al territorio, que ha crecido desde casa y que continúa proyectándose al mundo con talento, sensibilidad y visión de futuro.