En concreto, hay un 25% menos de gente con obesidad en Escandinavia, pero estos datos no siempre han sido así. Una intervención a tiempo por parte de las autoridades no solo concienció a la población, también redujo el consumo de azúcar y los kilos de su población. ¿Qué puede copiar España? Si reunimos a cuatro españoles y a cuatro noruegos, en el primer grupo la estadística nos dice que habrá dos personas obesas, mientras que entre los noruegos, como mucho, habrá uno. Y estamos hablando de obesidad, es decir, no de sobrepeso, ya que entonces las cifras serían mucho más alarmantes

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Lo dice la OMS

“El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”. Para medirlo se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC) que relaciona la altura con el peso. Es una medida muy simple cuyo resultado debe vigilar un especialista, pero es un buen dato para comenzar. Así pues, cuando el IMC es superior a 25, se dice que existe sobrepeso, mientras que si es mayor de 30 ya se habla de obesidad. Aunque la obesidad no está considerada una enfermedad en sí misma, sí está demostrado que es un factor de riesgo en multitud de enfermedades como puede ser la diabetes tipo dos, problemas cardiovasculares o algunos tipos de cáncer. Todos estos son motivos más que suficientes para que la OMS declarase a la obesidad como la gran pandemia del siglo XXI. Aun así, las cifras no han mejorado, de hecho, han empeorado muchísimo. Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo.

Cuidar la obesidad / Foto: Pixabay
Cuidar la obesidad / Foto: Pixabay

Tomar decisiones 

Ante este panorama, podemos pensar que es como negar los efectos del cambio climático o apoyar las políticas y recursos justos para que nuestra conciencia esté tranquila cuando sale el tema en cualquier conversación. También podemos ser algo más optimistas y creer que ocurrirá algo como lo que en su día pasó con el tabaco. Y es que no hay que tener muchas canas para haber viajado en un vagón de tren o en un avión en el que se podía fumar. Eso sin querer recordar que los médicos fumaban en las consultas o era lo más habitual en la universidad. En aquella época parecía imposible que, en la propia cajetilla de tabaco, el logo de la marca se viera desplazado por una foto de unos pulmones calcinados o el mensaje de “Fumar mata”. Esa medida, junto a otras muchas campañas y un buen puñado de prohibiciones, ha logrado que, en unos veinte años, el número de fumadores haya descendido un 10% en España

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Tomar bebidas con mucho azúcar es malo para la salud / Foto: Pixabay
Tomar bebidas con mucho azúcar es malo para la salud / Foto: Pixabay

Por ley

Este ejemplo puede servirnos para entender lo necesarias que son políticas tajantes y efectivas para lograr cambiar un hábito. La parte educativa es importante, pero el cambio se da cuando hay una ley detrás. Y así ha ocurrido en los países nórdicos. Esos que tienen una calidad de vida mucho mayor a la nuestra, con unas condiciones laborales que nos dan tres vueltas y un salario medio que… es muy alto. Allí también existen medidas (más o menos apoyadas por la sociedad y la industria) que luchan de manera directa contra la obesidad. Por un lado, se subieron los impuestos de los productos ricos en azúcar, como chucherías o refrescos (aunque luego tuvieron que rebajar la subida ante la respuesta de la industria alimenticia) y por otro, se reguló la publicidad de este tipo de productos, sobre todo la que va dirigida al público infantil. Se acabó así el decir que un el superhéroe de moda merienda un bollo repleto de azúcar y grasas saturadas. Esto ayudó a que en los últimos años se haya logrado reducir el consumo de azúcar por habitante a casi la mitad. Además, en muchos de estos países, los nutricionistas están dentro del sistema de salud y los colegios se implican en tomar medidas que favorezcan los hábitos saludables, como más horas de educación física y más espacios al aire libre para que los niños se muevan. 

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Se subieron los impuestos de los productos ricos en azúcar / Foto: Pixabay
Se subieron los impuestos de los productos ricos en azúcar / Foto: Pixabay

¿Y aquí?

En España, este junio se presentó el Plan Bien, un proyecto del gobierno que contiene 200 medidas con las que se pretende que, de aquí a 2030, se reduzca un 25% las tasas de menores con problemas de exceso de peso. Seis meses después, la inflación se ha comido muchas de estas propuestas, sobre todo las que tenían que ver con la alimentación saludable y las ayudas a las familias para que sea una realidad en todos los hogares. Varios estudios han demostrado que los niños que se quedan en el comedor del colegio tienen menos problemas de sobrepeso (en Noruega todos los niños pueden acceder a la guardería). Así, muchos de los esfuerzos van destinados a mejorar esos menús. Más fruta y verdura de temporada, fritos fuera y preferencia del aceite de oliva virgen extra frente a otras grasas. Y es que, si se logra reducir la obesidad infantil, se habrá ganado una gran batalla en esta guerra, ya que ellos serán los adultos del futuro.