Las croquetas son el Santo Grial de la gastronomía en nuestra casa. Crujientes por fuera y cremosas por dentro, con su bechamel y el toque único y personal de la persona que las cocina. Hay mil sabores, desde las clásicas de pollo o setas hasta las más innovadoras, como las croquetas de calçots o las croquetas de panetone, que descubrimos en el Forum Gastronómico de Barcelona del año pasado.

El truco para que te queden perfectas

Hacer croquetas en casa es la mejor opción para disfrutar de esta receta en su máximo esplendor. Las podréis hacer a vuestro gusto, con las cantidades y texturas que más os gusten. El primer paso es, cómo siempre, tener una materia prima de la máxima calidad. Como mejores sean los ingredientes, mejor resultado obtendréis. De todos modos, con las croquetas hay que ser muy cuidadoso en la técnica porque, a pesar de ser una receta de toda la vida, se tiene que saber hacer bien para no estropear la pasta.

🍗 Receta de croquetas de pollo
 

🐟 Receta de croquetas caseras de pescado
 

1. La cebolla infalible

Si haces croquetas de pollo, de asado, de setas o prácticamente de cualquier cosa, poner cebolla es siempre una muy buena idea. Si te aventuras a hacer las croquetas de panetone, que son dulces, seguramente no añadirás este ingrediente. Pero por norma general, tener una buena cocción de cebolla al principio de todo es muy recomendable para que la pasta de la croqueta quede deliciosa. Y si además la quieres hacer caramelizada, y con mantequilla en vez de con aceite, todavía mejor. Hay que tener en cuenta que la elaboración de croquetas es un proceso lento. Tampoco con muchos pasos, pero los pocos que hay sí que son importantes y delicados.

2. Con sabor a...

De lo que quieras. Literalmente, de lo que quieras. Pon pollo, berenjena, caramelos que hayas recogido en la cabalgata de Reyes... las croquetas pueden estar dulces, saladas, amargas, picantes... no hay límite. Lo que es importante a la hora de escoger el ingrediente que dará el sabor principal a la croqueta es escoger la mejor manera de integrarlo. El pollo, por ejemplo, se puede añadir trinchado o a tiras finitas, que mantengan un poco más la estructura y la textura. Por lo tanto, la manera como incorpores el elemento principal, condicionará también la manera como queden las croquetas.

3. Un rebozado crujiente

Una vez hayas hecho la pasta, con su bechamel, y se haya enfriado del todo, es momento de montar las croquetas y freírlas. Ten una buena estación de rebozado, con todos los ingredientes (huevo, harina, pan rallado...) en recipientes bien colocados en la cocina. Prepara todas las croquetas y guárdalas en una bandeja con papel de cocina en la base. Cuando las tengas todas preparadas, puedes, o bien congelarlas, o bien freírlas y servirlas. Es importante no freír las croquetas a medida que las vas rebozando.