Comer fruta de postre: ¿sí o no? Esta pregunta que te has hecho tantas veces no es rara. De hecho, es una de las que más se repiten entre los pacientes de la doctora Marina Jiménez de IM Clinic, una de las clínicas más innovadoras de Europa (C/ de Joan Güell, 236, Barcelona). “La respuesta no es tan simple como un sí o un no, ya que depende de varios factores, incluyendo el estado de salud individual y los hábitos alimenticios de cada persona”. Comienza diciendo la nutricionista en declaraciones a La Gourmeteria de ElNacional.cat, antes de recalcar que la fruta en sí misma no es mala, sino todo lo contrario. “Está llena de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes que son esenciales para nuestra salud. Sin embargo, su impacto en el cuerpo puede variar significativamente según el contexto en el que se consuma”.

Y esa es precisamente la clave, el estado de salud de la persona que está pensando en qué momento introducir la fruta en su dieta, a lo que también debería añadir, qué fruta es la más adecuada. Pero, para una persona sana, con unos hábitos de vida saludables, la fruta siempre es sí. Es más, debería ser muchas más veces sí y aumentar su consumo.

Fruta de postre: ¿cuándo la respuesta es no?

La doctora Jiménez nos da algunos ejemplos de cuándo la fruta puede no ser tan buena idea, como después de una comida pesada. “Esto se debe, en parte, a la fermentación en exceso que puede ocurrir en el intestino cuando las frutas se consumen en ciertas circunstancias”. Así pues, esa idea que puedes tener de que una fruta aligera la comilona que te acabas de meter, definitivamente, no es buena idea. En ese caso, opta por una infusión.

Fruita i verdura / Foto: Pixabay
Fruta y verdura / Foto: Pixabay

“Cuando consumimos frutas después de una comida copiosa, los azúcares presentes en la fruta pueden quedar atrapados en el tracto digestivo durante más tiempo. Esto puede dar lugar a la fermentación de los azúcares por las bacterias presentes en el intestino grueso, produciendo gases y otros subproductos metabólicos. Esta fermentación excesiva en el intestino puede provocar síntomas digestivos desagradables, como distensión abdominal, gases, flatulencia y malestar estomacal”, explica la nutricionista.

Otro caso especial es el de personas que sufren de resistencia a la insulina o sobrepeso, aquí “es crucial tener en cuenta el contenido de azúcar de las frutas que eligen. Esto se debe a que las frutas con un alto índice glucémico pueden causar picos de azúcar en la sangre, lo que puede agravar aún más la resistencia a la insulina y contribuir al aumento de peso”. Algunos ejemplos de frutas con índice glucémico bajo y, por lo tanto, aptas para este tipo de personas son manzanas, peras y ciruelas.

Fruita i verdura / Foto: Pixabay
Hay que tener en cuenta el contenido de azúcar de las frutas / Foto: Pixabay

¿Entera o en forma de zumo?

Después de hablar con la nutricionista Marina Jiménez, podemos sacar una conclusión importante y es que el elegir sí al hecho de tomar fruta de postre o no debe ser una decisión que dependa de la situación de cada persona. Así, si se es propenso a sufrir problemas digestivos, es mejor consumirla entre comidas. Y un consejo más de la nutricionista: “Es importante distinguir entre consumir la fruta entera y consumirla en forma de zumo. Mientras que la fruta entera contiene fibra que ayuda a ralentizar la absorción de azúcar, el zumo de fruta generalmente carece de esta fibra y puede llevar a picos de azúcar en la sangre más pronunciados”.

“Es importante recordar que la moderación es clave. Independientemente del tipo de fruta que elijamos, debemos consumirla en porciones adecuadas y como parte de una dieta equilibrada. Además, siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud, como un nutricionista, para obtener recomendaciones personalizadas basadas en nuestras necesidades individuales y condiciones de salud”, resume la experta.