En un momento en el que buscamos recetas simples, sabrosas y con pocos ingredientes, los crackers sin harina se han convertido en una de las opciones favoritas para quienes desean picar algo sin complicarse en la cocina. Desde su cuenta de Instagram, el creador de contenido @patocastro nos sorprende con una propuesta tan fácil como irresistible: crackers de cebolla con solo dos ingredientes, sin harinas, sin aditivos y con un resultado crujiente que se convierte en un vicio. Esta receta ha conquistado a muchos precisamente por su sencillez y porque demuestra que, con lo justo, se pueden conseguir sabores espectaculares. Además, es una alternativa perfecta para quienes quieren evitar el gluten o buscan un snack más ligero sin renunciar al sabor.
Crackers sin harina y con solo dos ingredientes: fácil y delicioso
Los protagonistas de esta receta son el queso en hebras de la marca Nonna Pia y una cebolla morada finamente picada. No hace falta ningún tipo de masa ni base. Lo primero que debes hacer es precalentar el horno a 180 grados mientras preparas los ingredientes. Sobre una bandeja de horno (puedes usar papel vegetal si lo prefieres), se espolvorea generosamente el queso hasta cubrir toda la superficie. La clave está en crear una capa uniforme, que será la base crujiente de nuestros crackers. Luego, distribuyes la cebolla por encima del queso, procurando que quede bien repartida. Para esta receta, con una cebolla y media es suficiente, aunque puedes ajustar la cantidad al gusto si te apetece un sabor más intenso.
Una vez montada la bandeja, simplemente se lleva al horno. Durante el horneado, el queso se fundirá y se dorará ligeramente, mientras que la cebolla se irá deshidratando y aportando su toque dulce y tostado. El resultado es una especie de plancha crujiente que puedes cortar en trozos a tu gusto, ya sea en cuadrados pequeños o en tiras más largas. Lo importante es dejarla enfriar un poco para que adquiera esa textura crujiente tan deseada. Puedes acompañarlos con un dip, comerlos solos o incluso usarlos como base para otros aperitivos más elaborados.
El encanto de esta receta no es solo su sabor, sino también su versatilidad. Es ideal como snack para media tarde, como acompañamiento en una tabla de quesos o incluso como parte de un desayuno salado. Lo mejor es que no necesitas ser un experto en cocina para prepararlos, y en apenas unos minutos puedes disfrutar de algo casero, diferente y sorprendentemente sabroso. Una vez los pruebes, te costará no repetir esta receta una y otra vez.