Conservar pescado en salmuera es una técnica tan antigua como eficaz. Antes de que existieran los frigoríficos, los pescadores ya recurrían a este método para mantener sus capturas frescas durante más tiempo. Hoy, más que una necesidad, la salmuera se ha convertido en una herramienta culinaria que realza el sabor y la textura del pescado, además de prolongar su vida útil. Prepararla en casa es sencillo, económico y aporta resultados sorprendentes, tanto si se busca conservar como simplemente mejorar una receta.
Cómo hacer salmuera de pescado
La base de la salmuera es simple: agua y sal. Pero su magia reside en las proporciones. Una buena salmuera para pescado suele tener una concentración del 10%, lo que significa unos 100 gramos de sal por cada litro de agua. Esta mezcla no solo preserva, sino que además hidrata y refuerza las fibras del pescado, dándole una textura más firme y jugosa. En realidad, lo que hace la sal es equilibrar los líquidos dentro de las células del alimento, evitando que se deshidrate durante la cocción o el almacenamiento.

Una buena salmuera para pescado suele tener una concentración del 10%, lo que significa unos 100 gramos de sal por cada litro de agua
Para elaborarla, solo hay que calentar una parte del agua, por ejemplo medio litro, y disolver bien la sal. Luego se añade el resto del agua fría para enfriar la mezcla rápidamente. Una vez lista, se puede aromatizar con hojas de laurel, granos de pimienta, rodajas de limón o eneldo fresco, según el tipo de pescado que se quiera conservar. Este toque no solo perfuma, sino que aporta matices sutiles que enriquecen el resultado final.
El siguiente paso es sumergir el pescado completamente en la salmuera. Si se trata de piezas pequeñas, bastarán entre 10 y 20 minutos; si son lomos más gruesos, puede llegar a los 30 o 40 minutos. Pasado ese tiempo, se saca, se seca bien con papel de cocina y se guarda en la nevera o se cocina directamente. Si el objetivo es conservarlo durante más tiempo, puede dejarse más horas en la salmuera y después cubrirse con aceite de oliva o incluso congelarse.

El resultado es un pescado con más sabor, mejor textura y mayor durabilidad. Además, esta técnica no se limita al pescado blanco: funciona de maravilla con salmón, caballa o boquerones, que ganan en firmeza y se vuelven más fáciles de manipular. Incluso algunos chefs utilizan la salmuera como paso previo antes de ahumar o marinar, para garantizar que el pescado mantenga toda su jugosidad.
Así que la próxima vez que compres pescado fresco, no pienses solo en cocinarlo enseguida. Prueba a preparar una buena salmuera casera y descubrirás que conservar y mejorar pueden ir de la mano, con un método tan antiguo como delicioso.
Este artículo ha sido elaborado con la ayuda de ChatGPT y supervisado por un periodista de Elnacional.cat.
