Aunque Catalunya no sea tradicionalmente reconocida como una región famosa por la producción de quesos, no se puede pasar por alto la calidad y la diversidad de los quesos que se elaboran en el país catalán. Aunque nuestra reputación gastronómica se centra más en productos como los caracoles, los calçots, los embutidos, el pan con tomate, arroces o la crema catalana, los quesos catalanes merecen una mención especial por su excelencia. Es por eso que esta semana, el copropietario de Llet Crua, Xevi Miró, nos acerca los mejores quesos catalanes.

 

A lo largo de los años, los productores de Catalunya han demostrado una habilidad excepcional para crear quesos de alta calidad utilizando métodos tradicionales y técnicas innovadoras. Aunque la producción de queso en Catalunya puede ser menos extensa en comparación con otras regiones de España o países europeos como Francia o Suiza, la dedicación y el cuidado que se ponen a cada paso del proceso de elaboración se reflejan en el producto final. Los quesos catalanes incluyen una amplia variedad de estilos y sabores, desde quesos frescos y suaves hasta quesos cuidados y con carácter.

5 quesos tradicionales catalanes

El Serrat

Es el queso tradicional catalán más destacado de la zona norte del país. El queso serrado es un queso adobado de los Pirineos catalanes elaborado a partir de leche cruda de oveja. Originalmente, era un queso artesano que se preparaba entre la primavera y el otoño, actualmente se produce todo el año, y de forma comercial, en las comarcas de la Cerdanya, el Alt Urgell y el Pallars Sobirà.

Tommes Araneses

Otro de los quesos tradicionales de Catalunya son los quesos Tomme de la Vall de Aran. Este territorio pirenaico del noroeste del país, era lo único donde había tradicionalmente vacas, lo cual permitía hacer quesos de vaca al estilo semicuidado.

Queso de tupí

Este producto es el resultado del reaprovechamiento de otros quesos. Es uno de los quesos tradicionales más representativos de las comarcas pirenaicas, fruto de la experiencia de los pastores que reaprovechaban los quesos viejos y secos. Es un queso fermentado por término medio a muy larga maduración, con un mínimo de dos meses. Es de pasta muy blanda y untuosa, bastante grasienta. El sabor es fuerte e intenso, persistente y agresivo, con un regusto del licor utilizado en su elaboración.

Mató

Es un queso fresco que se puede hacer con leche de cabra o de oveja y que, más últimamente, también se ha extendido con leche de vaca. Es un queso fresco, antiguo y tradicional, originario de la Catalunya central y vieja. De textura suave y esponjosa, sin sal y tiene un sabor dulzón y lechoso, se consume con el tradicional mel i mató, pero también puede acompañarse de mermeladas u otros ingredientes dulces y usarse en la cocina en pastelería o ensaladas.

Requesón o brossat

El recuit o brossat es el queso que sale de calentar el suero hasta temperaturas casi de ebullición (nunca llega a hervir), momento en que las proteínas insolubles de la leche y otras partículas que estas arrastrarán precipitarán y podrán ser recogidas y amoldadas. Este queso es tan antiguo como lo son los quesos de donde se obtenía el serrat de oveja y el queso de la Vall d'Aran. Hoy en día pocos elaboradores lo han recuperado por el elevado coste que tiene obtenerlo y la poca compensación económica que a menudo se obtiene.

El Garrotxa

Sería el sexto queso en discordia. El queso Garrotxa nació en los años 70 y se ha consolidado como el último queso tradicional de Catalunya.

La riqueza cultural y gastronómica de Catalunya se refleja a su escena quesera, donde los productores locales trabajan con pasión y dedicación para ofrecer productos de alta calidad que reflejen la diversidad y la tradición de la región. Aunque Catalunya pueda no ser el primer destino que viene a la cabeza cuando se piensa en quesos, aquellos que tienen la suerte de probar los quesos catalanes seguramente se sorprenderán y deleitarán con su excepcional sabor y calidad.