La Navidad es ese momento del año en que la cocina vuelve a ocupar el centro de todo. Los días se acortan, las casas se llenan de olores familiares y la mesa se convierte en el punto de encuentro donde suceden las cosas importantes: reencontrarnos, conversar sin prisas y celebrar que estamos aquí. Es tiempo de platos que solo cocinamos una vez al año, de recetas heredadas y de rituales que se repiten casi igual, Navidad tras Navidad.

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Cuando pensamos en estas comidas, casi de manera automática, se nos viene a la cabeza el vino o el cava. Pero la Navidad también puede ser un buen momento para descubrir otros maridajes, más informales pero igualmente festivos. La cerveza de Navidad de Damm está pensada, precisamente, para estas fechas, ya que puede encajar muy bien con la cocina navideña, sobre todo cuando hablamos de platos intensos, melosos, con fondo de asado, especias o toques dulces.

Para hablar de cocina tradicional, pocos lugares tienen tanta autoridad como el 7 Portes. Desde hace casi dos siglos, este restaurante es un referente en Barcelona y en toda Catalunya, un espacio donde las recetas de siempre se cocinan con respeto, oficio y memoria. Es también un lugar ideal para inspirarse y ver que muchos platos de fiesta, bien explicados y bien hechos, son perfectamente reproducibles en casa.

Karen Peiró, la maestra cervecera de Damm

En esta ocasión, el 7 Portes propone seis platos de Navidad clásicos, pensados para disfrutar sin complicaciones. Comenzamos con una sopa de galets y carne de olla que reconforta solo de olerla, de esas que abrazan y preparan el cuerpo para el resto de la comida. Llegan después los canelones trufados, cremosos e intensos, uno de esos platos que siempre hacen silencio en la mesa. La pularda con ciruelas y frutos secos aporta el punto más festivo y tradicional, con sabores dulces y profundos que nos transportan directamente a Navidad.

Las ostras con un toque de ginebra aportan frescura y contraste, demostrando que también hay espacio para pequeños giros dentro de la tradición. El rodaballo a la meunière con parmentier de patata suma elegancia y equilibrio, con una cocina precisa y sin artificios. Y para acabar, un 'bescuit' caramelizado con turrón desmigado por encima, un final dulce que conecta con los sabores más reconocibles de las fiestas.

Una copa diferente para disfrutar de Navidad

Acompañando todo el recorrido, una cerveza de Navidad con cuerpo, aromas especiados y una calidez que liga especialmente bien con estos platos. Una cerveza que acompaña, que limpia, que suma, y que demuestra que la Navidad también se puede vivir con una copa diferente en la mano. Porque al final, la Navidad no va solo de qué comemos o qué bebemos, sino de crear momentos alrededor de la mesa. Y si estos momentos vienen acompañados de buena cocina, tradición y ganas de compartir, la fiesta ya está servida.