Una esponja crujiente y apetitosa. Cuando las ensaimadas se secan, no sólo mueren, sino que resucitan. Entonces, hundirlas en un vaso de café provoca un placer supremo. Su grasa natural -saïm significa manteca de cerdo- hace que absorban la cantidad justa de líquido, ni poco ni demasiado. Y en la boca trascienden en una esponja crujiente que replantea si son mejores secas que frescas.
Ingredientes para 4 personas
- 4 Ensaimadas individuales
- 200 g de chocolate para fundir
- Azúcar en polvo
Receta paso a paso
- Dejar secar las ensaimadas en una cesta envueltas en papel de cocina o un paño de algodón. Este proceso puede tardar entre uno y tres días según la calidad de la grasa y las condiciones ambientales.
- Cortar las ensaimadas en porciones triangulares.
- Fundir el chocolate al baño maría, y remover para evitar grumos.
- Bañar los trozos de ensaimada en el chocolate, sin empaparlos completamente.
- Dejar enfriar a temperatura ambiente y decorar con azúcar glass.
Consejo
El momento óptimo para disfrutarlas es cuando están recién deshidratadas. Si están demasiado secas, se volverían empalagosas.