Empezar la campaña electoral con los embates del PP al PSOE por la inclusión de exmiembros de ETA en las listas de Bildu este 28-M era fácil de esperar; un recurso habitual de los populares y un tema fácil de esquivar. Pero era más inesperable el tema que ha centrado la campaña durante los últimos días y que ha ensuciado la recta final a Pedro Sánchez: la compra de votos por correo por parte del PSOE en varios puntos del Estado. El partido ya ha activado la maquinaria para silenciar los casos, acusar de los mismos males al PP, y anunciar reprimendas.

La primera mancha de aceite caía en Melilla y parecía inocua. Al principio de semana aparecía un caso de presunta compra de votos por parte de Coalición por Melilla. Y la única manera que eso podía salpicar al PSOE es que tanto los socialistas como la formación investigada forman parte del gobierno de la ciudad autónoma, un ejecutivo que preside un exmiembro de Ciudadanos. Pero las malas noticias para Ferraz llegarían al día siguiente, cuando estalló en Mojácar (Almería) una trama de compra de votos para la lista socialista que acabó con la detención de siete personas.

Y el segundo porrazo ha llegado este jueves, con una operación de la Guardia Civil en Albudeite (Murcia) que ha acabado con 13 detenidos. Una de estas personas es la candidata por el PSOE del municipio de 1.300 habitantes, Isabel de los Dolores Peñalver. Y al mismo tiempo se ha efectuado la detención del número 19 en las listas del partido a la Asamblea de Murcia, Héctor Antonio Martínez.

El partido también espera que un último caso no les acabe salpicando, y es que la justicia ha iniciado la investigación de la gestión del voto por correo en La Gomera, en las Islas Canarias. Una denuncia presentada a la Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife advertía sobre una supuesta trama en una isla en la que gobierna Casimiro Curbelo, que fue miembro del PSOE, hasta que en el 2015 fundó Agrupación Socialista Gomera.

El fraude electoral, peor que pactar con Bildu

Ha quedado bien demostrado que la presunta compra de votos por parte del PSOE cuece mucho más en el laboratiro de Pedro Sánchez que la ofensiva con los exmiembros de ETA en las listas de Bildu. Para poner un ejemplo, los socialistas hablaron abiertamente sobre esta cuestión al principio de la campaña, e incluso algunos barones lo utilizaron en beneficio suyo para marcar distancias con Ferraz y asegurar que no les hace ninguna gracia que Sánchez pacte con el partido de Arnaldo Otegi.

Incluso el presidente del Gobierno supo girarle la tortilla al caso y, en un cara a cara con Alberto Núñez Feijóo en el Senado, puso en evidencia al PP y su obsesión en hacer uso de ETA cuando las encuestas no pronostican buenos resultados para los populares. Equiparó, incluso, la estrategia de Feijóo con Bildu con el intento de José María Aznar de hacer creer a los españoles que los autores de los atentados del 11-M eran miembros de la banda armada vasca.

En cambio, y es obvio, los casos de compra de voto por correo no se han ni mencionado en ninguno de los actos en que ha participado Pedro Sánchez durante los últimos días. Solo él hoy ha cargado contra la derecha en un acto en Madrid por "insultar y ensuciar" la campaña. Su equipo sí que ha hablado en conversaciones informales, y asegura que en la dirección del partido hay el convencimiento de que esta chapuza no detendrá la movilización del voto socialista en todo el Estado.

Es decir, que en Ferraz confían en que estas tramas corruptas, en todo caso, tendrán consecuencias solo en aquellos municipios en que se han ensuciado las manos. Es más, para limpiárselas, el PSOE abre la puerta a modificar la ley electoral con el fin de hacer más transparente el voto por correo, a través de una sobre identificación con DNI cuando se realiza este procedimiento (cuándo se pide el voto y cuando este se entrega).

El PSOE busca casos similares en el PP

Otra demostración de que este hecho ensucia mucho la imagen del PSOE es que los socialistas ya se han puesto manos a la obra y han empezado a buscar casos similares en el PP, para poder acusar al eterno rival político de los mismos males. Es por eso que han denunciado ya casos de fraude electoral por parte de los populares en municipios como Casares de las Hurdes (Cáceres) y Villalba (Huelva).

Así pues, el PSOE ha denunciado ante la Fiscalía Provincial al teniente de alcalde del pueblo extremeño, número 2 de la lista popular el 28-M, por, supuestamente, coaccionar a algunos electores y "sustraer el voto por correo" a dos vecinos. También han denunciado ante los juzgados al PP y al Ayuntamiento de Villalba del Alcor por uno presunto delito de fraude en el voto por correo en el municipio andaluz.

Feijóo, en la misma línea, quiere mojar pan en esta polémica. Y en un acto del PP este jueves, ha instado a Pedro Sánchez a abrir una investigación interna dentro de su partido para aclarar la compra de votos por correo. Es decir, una estrategia para vender que la polémica es una cuestión que afecta a todo el partido, y no casos aislados en algunos puntos del Estado.