Tal día como hoy del año 1783, hace 237 años, nacía en Crevillent (País Valencià) Jaume Josep Alfonso i Juan, que, en el transcurso de su vida, se convertiría en uno de los grandes bandoleros de la historia valenciana y sería conocido popularmente como Jaume el Barbut. El origen y el perfil de este bandolero coincidía con el de la gran mayoría de los líderes de este fenómeno: origen rural, extracción social humilde, inicios muy tempranos en esta actividad, y extraordinaria crueldad con sus enemigos. Fue mitificado por las clases populares del sur del País Valencià, porque —generalmente— repartía parte del botín que obtenía en sus acciones entre las familias más necesitadas.

En el punto culminante de su carrera llegó a tener el control de todos los caminos de la cuenca del Vinalopó, estableciendo una especie de peajes que gravaba sobre las clases privilegiadas que transitaban por el territorio. Durante el régimen de José I Bonaparte (1808-1814), Jaume el Barbut combatió a las tropas napoleónicas y, después del retorno de Fernando VII (1814), puso todo su poder al servicio de la causa absolutista. Con su pequeño ejército de bandoleros y con el control sobre el territorio del Vinalopó, colaboró (1815-1820) con el régimen de Fernando VII persiguiendo a los liberales del sur del País Valencià, haciendo uso de métodos de una brutalidad extrema.

Después de la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis, que se produjo para acabar con el régimen liberal de Riego (1820-1823) y restaurar la autoridad absolutista de Fernando VII (1823), Jaume el Barbut se convirtió en un personaje incómodo y prescindible a ojos de la cancillería de Madrid. Fernando VII, con la colaboración de El Ángel Exterminador, un grupo ultracatólico de Murcia, urdieron un plan para capturarlo y desarticularlo. A finales de junio de 1824, Jaume el Barbut acudió confiado a una reunión con los miembros de El Ángel Exterminador y allí mismo fue detenido. Días después, el 5 de julio de 1824, era colgado y descuartizado por los soldados de Fernando VII.