Tal día como hoy del año 1713, hace 307 años, Francisco Téllez-Girón —duque de Osuna— e Isidro Casado de Acevedo —conde de Monteleón—, representantes de Felipe V en la conferencia de paz de Utrecht que tenía que poner fin al conflicto sucesorio hispánico (1701-1715), firmaban la concesión por treinta años del monopolio del tráfico de esclavos que tenía la corona hispánica a favor de la South Sea Company, creada y participada, entre otros, por el ministro de Hacienda británico Robert Harley. Aquella cesión formaba parte de un paquete de compensaciones que obtenía Inglaterra —aliada de Catalunya en aquella guerra— a cambio de la retirada del conflicto.

La historiografía española ha querido justificar aquella concesión (extremadamente perjudicial al tesoro real español) argumentando que fue urdida por los representantes diplomáticos de Luis XIV de Francia —el abuelo y valedor de Felipe V— en aquella conferencia. Argumentan que Téllez-Girón y Casado fueron secuestrados en París —entre mayo de 1712 y marzo de 1713— por la policía del régimen borbónico francés. Pero lo cierto es que aquella cesión estaba totalmente justificada por las órdenes de Madrid. El ejército borbónico francocastellano todavía no había conseguido ocupar la totalidad de Catalunya, y los representantes ingleses pusieron, hábilmente, sobre la mesa el Caso de los Catalanes.

Según la misma historiografía española, Téllez-Girón y Casado salieron de Madrid con clarísimas instrucciones del Borbón hispánico: “De ninguna manera se den oídos a propósito de pacto que mire a que los catalanes se les conserven sus pretendidos fueros”. La cesión del Asiento de Negros —una de las principales fuentes de ingresos de la hacienda real hispánica y que desde su creación habían gestionado las oligarquías castellanas— vino acompañada del reconocimiento español a la soberanía británica sobre Gibraltar y Menorca, y la cesión de un territorio al sur de Río de la Plata (actual Argentina) para "refrescar a los esclavos".