Tal día como hoy del año 1936, hace 85 años, la Conselleria de Justícia de la Generalitat, ordenaba el derribo de la prisión de mujeres de Barcelona, conocida popularmente como la "Prisión de Reina Amàlia" o como la "Prisión Vieja". Esta penitenciaría, situada en intramuros (en el barrio del Raval) había sido construida el año 1839; y durante más de seis décadas había sido la única prisión de la ciudad. El año 1904, con la construcción de la Prisión Modelo, la Prisión de Reina Amàlia continuó en activo, pero se destinó, exclusivamente, a centro de reclusión de mujeres y de criaturas. Durante aquel periodo fue denominada, también "la Galera".

La prisión de Reina Amàlia había adquirido una sórdida fama, a causa de las condiciones inhumanas en que eran recluidas sus internas. Hasta que fue clausurada por el gobierno de la Generalitat (pocas semanas antes de la orden de derribo), fue un centro de reclusión de presos comunes, de presos políticos; aunque en sus celdas también ingresaron mujeres que habían sido condenadas por su condición lésbica, o por haber blasfemado en público. Una de las presas más ilustres había sido Maria Rosa Sagnier (1910), condenada por haber dirigido una obra de teatro considerada por las autoridades como anticatólica.

Durante los últimos años de su existencia, la "Prisión de Reina Amàlia" fue una auténtica mazmorra donde las presas eran sometidas a maltratos y abusos. A la obligación de trabajar sin remuneración en las máquinas de hilar, se sumaban un régimen alimenticio más que deficiente y una pésima higiene del espacio (que provocaba infecciones y enfermedades a las reclusas o que agravaba las que sufrían antes de ingresar); y los constantes maltratos físicos (agresiones y abusos sexuales) a manos de los vigilantes; y psicológicos (reclusión en celdas de aislamiento parcialmente inundadas y pobladas por insectos -moscas, mosquitos- y ratas. Fue sustituida por la Prisión de Les Corts (1936-1959).