Tal día como hoy del año 1951, hace 73 años, cinco barcos de la VI Flota de los Estados Unidos (que operaba en el Mediterráneo) atracaban en el puerto de Barcelona. Era la primera vez desde la II Guerra Mundial (1939-1945) que un barco militar norteamericano fondeaba en un puerto de la España del régimen franquista. Aquella maniobra se efectuó en el contexto de la negociación entre los gobiernos de Franco y Eisenhower que culminarían con los Tratados de Madrid (1953). Aquella maniobra representó, también, el principio del fin del aislamiento internacional del régimen de Franco, sancionado por su colaboración con los regímenes nazi alemán de Hitler y fascista italiano de Mussolini.

La presencia de marineros norteamericanos en las calles de Barcelona representó un revulsivo social y económico formidable para una ciudad que, desde la ocupación franquista (1939), estaba inmersa en un paisaje dominado por las tres "emes" (miseria, enfermedades y muerte). Se estima que durante aquella primera maniobra, el impacto económico fue de un millón de pesetas diarias (el salario mensual de un trabajador cualificado rondaba las quinientas pesetas). Según la prensa de la época, los principales escenarios de aquella "revolución" fueron las calles de los barrios Gòtic y del Raval, especialmente la plaza Reial y la calle Escudellers.

Las sucesivas visitas de la VI Flota en la ciudad, dinamizaron el sector turístico. Algunos restaurantes de la ciudad adaptaron su carta a los gustos gastronómicos norteamericanos. Por ejemplo, el restaurante Amaya —de la Rambla— se especializó en "fish and chips" (pescado y patatas fritas) y en "steak and eggs" (bistec y huevos fritos). La calle Escudellers (que, con el transcurso del tiempo, sería popularmente llamado Escudellers International Street) concentraría una parte importante de este movimiento. Allí aparecería el restaurante Panma's; y, muy cerca, en la calle del Arc del Teatre, el Kentucky, que se haría famoso por sus alas de pollo.

Algunos investigadores que han estudiado sobradamente este fenómeno social y económico, como el periodista Ricard Fernández i Valentí, especialista en historia contemporánea local y autor de varios trabajos sobre Barcelona y de sus barrios durante el siglo XX; afirman que aquel acontecimiento fue el inicio de un proceso de apertura y modernización de la ciudad y del país. Y afirma, también, que algunos hábitos de consumo, como el de la Coca-Cola, o algunas modas musicales, como la del rock-and-roll; llegaron y arraigaron en Barcelona y en Catalunya a través de la presencia de los marineros de la VI Flota de los Estados Unidos.