El Real Madrid vuelve a pinchar en la Champions League, esta vez en la segunda jornada de la fase de grupos. Si en la primera toma de contacto europea cayó por 3-0 contra el PSG, en el retorno al Santiago Bernabéu el conjunto blanco ha confirmado un cataclismo. El Brujas, la cenicienta del Grupo A, ha estado a punto de convertirse en un matagigantes, pero el Madrid ha solucionado la papeleta en los últimos minutos (2-2).

El conjunto belga ha comandado gran parte del partido, principalmente gracias a los dos goles de Emmanuel Bonaventure durante la primera parte. Una ventaja para el Brujas que ha provocado la pitada general del Bernabéu a sus futbolistas y de clamores testosterónicos casi unánimes de los aficionados para enderezar el rumbo del equipo.

Zinedine Zidane, a pesar de parecer que perdía su flor en el descanso por la lesión de Courtois, ha tenido que esperar a uno de los milagros de Sergio Ramos para confiar en la remontada. Un gol del central andaluz en el minuto 55, con polémica incluida por un fuera de juego que el VAR ha corregido, ha empezado a reanimar al estadio blanco. Y finalmente Casemiro ha empatado el duelo a falta de diez minutos para el pitido final y justo después de la expulsión de un futbolista rival.

El Madrid, con un ridículo punto conseguido contra el presumible rival más flojo del grupo, necesita mejorar mucho su rendimiento europeo para no sufrir para pasar a las eliminatorias. Y el Brujas, con dos empates, supera a los blancos en la clasificación, igual que el PSG. Sólo el Galtasaray iguala al conjunto blanco con un punto.