El regreso de Raphinha al FC Barcelona está generando más tensión de la esperada dentro del vestuario culé. El extremo brasileño, que lleva varias semanas recuperándose de su lesión, ya ha comunicado su deseo de volver cuanto antes a la titularidad. Sin embargo, la realidad es que el equipo ha encontrado un nuevo equilibrio ofensivo sin él, y Hansi Flick no quiere romper esa dinámica positiva de golpe. En especial porque Marcus Rashford, su sustituto natural, está ofreciendo un rendimiento correcto y no se ha ganado el castigo de volver al banquillo.
Rashford no se merece perder su puesto
El caso de Rashford es especialmente delicado. El inglés llegó al Barça entre muchas dudas, pero poco a poco ha conseguido ganarse la confianza del entrenador alemán. Su velocidad, su potencia y su capacidad de sacrificio le han permitido adaptarse al esquema blaugrana, aunque aún muestra algunas lagunas en la toma de decisiones. Aun así, Flick valora mucho su compromiso táctico y su trabajo defensivo, dos aspectos en los que Raphinha no siempre ha destacado.
Por eso, devolver al brasileño al once titular no es una decisión sencilla. Hansi Flick no quiere premiar la impaciencia ni alterar un vestuario que por fin parece estar unido y enfocado. Además, el técnico considera que Raphinha necesita tiempo para recuperar ritmo competitivo y evitar recaídas físicas, algo clave en este tramo de la temporada.
Una competencia que puede encender el vestuario
Lo que en principio parecía una buena noticia —la recuperación de un jugador importante— se está convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza para Flick. Raphinha no es un futbolista que acepte fácilmente la suplencia. Su carácter competitivo y su deseo de sentirse protagonista pueden derivar en una lucha interna con Rashford que afecte al ambiente del vestuario. Ambos quieren ser titulares, y ambos creen tener los argumentos necesarios para justificarlo.
Desde el club, algunos miembros del cuerpo técnico ya trabajan para evitar que la situación se descontrole. Saben que tanto Raphinha como Rashford son claves para la temporada, pero no pueden coexistir de forma saludable si la rivalidad se convierte en conflicto.
Así pues, Hansi Flick deberá gestionar con mucha inteligencia una situación tan delicada como inevitable. El equilibrio entre la meritocracia y el respeto a los pesos del vestuario será la clave para que Raphinha no se convierta en un problema mayor para el FC Barcelona.
